Los Pumas – Sudáfrica, por el Rugby Championship: cuatro tucumanos en la formación titular, símbolo de una provincia que respira rugby

Se trata de una pasión de multitudes, ni más ni menos. Una pasión que se alimenta de la historia y viaja hacia el presente. La conexión de los Pumas y Tucumán (el seleccionado de rugby y la pequeña gran provincia de nuestro país) es para toda la vida. A horas de un encuentro estelar, existen nexos que rubrican esta historia de amor. Cuatro, precisamente. Cuatro titulares en la hora histórica.

El rugby en Tucumán es el segundo deporte en popularidad, después del fútbol. Y entonces se explica fácilmente que sean tucumanos cuatro de los 15 jugadores que estarán en la cancha durante la patada inicial este sábado a las 12.05, cuando los Pumas se enfrentarán con los Springboks en la última fecha del Rugby Championship, que definirá el campeón. Ambos equipos tienen chances de coronarse; los sudafricanos son los favoritos y los argentinos –deben ganar haciendo más de tres tries que el rival y por al menos ocho puntos– van por el batacazo. El encuentro, con el arbitraje del neozelandés Ben O’Keeffe, se desarrollará en el estadio Mbombela, de Nelspruit, y se podrá mirarlo por ESPN 2 y Disney+.

Compacto de Argentina 29 vs. Sudáfrica 28 en Santiago del Estero

Los Pumas están ante una oportunidad histórica. Por primera vez, respaldados en el excelente rendimiento mostrado en la temporada, llegan con la ilusión de levantar el trofeo a la última fecha del prestigioso torneo que reúne a las potencias del hemisferio Sur. Y dependen de sí. Pero no será una tarea sencilla, ya que enfrente está el vigente bicampeón del mundo y mejor seleccionado del planeta y que, además, jugará en su casa y frente a su gente. La efervescencia celeste y blanca, sin embargo, tiene sustento: en la fecha anterior, el sábado pasado, el equipo nacional se impuso por 29-28, en Santiago del Estero.

Y entre los titulares de este mediodía, cuatro tucumanos. Cuatro jugadores, nada menos, de la pequeña provincia en la formación inicial. Dos de ellos, en la pareja de medios (apertura y medio-scrum), que es la que conduce. El corazón de la creatividad. Tomás Albornoz empieza a ganarse la camiseta número 10, con su capacidad técnica de patear, tanto estratégicamente como a los palos. Y Gonzalo García está haciendo sus primeras armas en celeste y blanco con alma, corazón y vida. Felipe Contepomi, el entrenador, confía en su habilidad y su criterio en un partido que puede quedar grabado a fuego en los libros del rugby nacional.

Gonzalo García está haciendo sus primeras apariciones en el seleccionado nacional; el entrenador Felipe Contepomi confió en él para asignarle la función de medio-scrum inicial en un encuentro crucial.PATRICK HAMILTON – AFP

Albornoz “desplazó” a Santiago Carreras, un típico 15 al que Michael Cheika, el anterior seleccionador, había convertido en 10, y al que en un principio Contepomi confirmó en esa función, pero que nunca rindió del todo como tal. Ahora el cordobés vuelve a su puesto natural, el de fullback, donde suele brillar. Y García tomó el lugar del muchas veces cuestionado Gonzalo Bertranou, titular varios años pero que nunca convenció al público.

Los otros dos tucumanos son bien influyentes y están afianzados. El wing Mateo Carreras, un rayo, tacklea como si no tuviera un cuerpo pequeño y además es tryman en el seleccionado. Y Thomas Gallo es un tractor en la primera línea, dueño de una destreza como si no tuviera un cuerpo voluminoso.

Mateo Carreras, uno de los mejores intérpretes de los Pumas en la temporada y figura del Rugby Championship; el pequeño wing es tryman y tackleador.Magui Tudor / Gaspafotos / Prensa UAR

Albornoz, de 27 años, el apertura, empezó en Tucumán Rugby y juega en Benetton Rugby Treviso, de Italia. García, de 25, el medio-scrum, se formó en Natación y Gimnasia y juega en Zebre, también del país europeo. Mateo Carreras, de 24, el wing, empezó en los Tarcos y se desempeña en Aviron Bayonnais, de Francia. Y Gallo, el pequeño gigante, tiene 25, comenzó en Universitario de Tucumán y es compañero de Albornoz en Benetton.

Thomas Gallo contra todos; el pilar izquierdo tracciona en la lucha y también se da mañana con la pelota para llegar al in-goal.FRANCK FIFE – AFP

Como se mencionó, el rugby en Tucumán es el segundo deporte en popularidad. Existe un fundamento claro: hay equipos, y zonas, que atraviesan a diferentes clases sociales. Para graficarlo con claridad: el rugby es un cohesionador de la sociedad. El torneo local se convirtió hace varios años en regional, con clubes de Salta y Santiago del Estero. Se volvió más competitivo.

La última gran revolución fue el regreso de Nicolás Sánchez, una gloria del conjunto nacional, a Lawn Tennis, en el que salió campeón hace tres semanas y que ahora pelea en el Torneo del Interior. Máximo goleador histórico de los Pumas y segundo entre los que más vistieron la camiseta celeste y blanca, Sánchez vivió el año pasado su cuarto Mundial, Francia 2023, de manera especial. Fue vital con sus patadas en el partido frente a Samoa y anotó el try de intercepción que sentenció la victoria sobre Gales en los cuartos de final. A los 35 años regresó a su casa. Ejemplo de la conexión entre una provincia y el equipo argentino.

El vuelo de Nicolás Sánchez, tucumano de ley, para anotar un try ante Gales en una página gozosa de la historia reciente; el Cachorro es el máximo anotador histórico de los Pumas, pero hoy está fuera del plantel.Pascal GUYOT / AFP – AFP

La época dorada del rugby tucumano fue la de su seleccionado en la década de los noventas, cuando la práctica no era profesional aún. Tiempo después, “los naranjas” le ganaron a Francia por 25 a 23 en la cancha de Atlético Tucumán y también a Stellenbosch, un conjunto fuerte de Sudáfrica. Lo rubricó el especialista Jorge Búsico dos años atrás en LA NACION.

“Tucumán ardía con el rugby cuando el siglo pasado empezaba a evaporarse. Treinta años atrás, la noche del martes 23 de junio de 1992, el seleccionado de esa provincia venció a la poderosa Francia, en el pico más alto de su rica historia. En la caldera del estadio del Decano, más de 20.000 personas festejaron no sólo el triunfo, sino también la épica remontada en el segundo tiempo, coronada con un penal de Santiago Mesón a 3 minutos del final, que decretó el 25-23. Fue también, claro, una de las páginas más gloriosas del rugby argentino.

Una gresca en un Tucumán vs. Springboks de 1993

La Naranja perdía por 23-3 al término del primer tiempo. Hasta entonces había habido un festival de rugby champagne, incluidos dos tries. Pero sucedió lo que dijo el recordado pilar Julio Coria: “En el vestuario, en el entretiempo, salió algo místico, y dimos vuelta el partido”. Un try a los 9 minutos del capitán, José Santamarina, empujado por todo el pack y todo Tucumán, más cinco penales y una conversión del pie mágico de Mesón dieron forma a una victoria largamente celebrada en aquella noche fría y brumosa. Para dimensionar aun más lo conseguido: unos días después, esa misma Francia doblegó fácilmente a los Pumas en dos tests en Vélez, por 27-12 y 33-9. Ese año, el try aumentó su valoración de 4 a 5 tantos.

De ayer a hoy, una vida. Y la misma fraternal relación provincia-nación, rugby mediante. De Tucumán para el país y del país para el mundo, al ritmo de la ovalada y con los Pumas del lado del corazón.

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