Los aumentos de precios de los combustibles (nafta y gasoil) desde el día siguiente a las elecciones que consagraron a Javier Milei como presidente explican en gran parte el buen balance de la petrolera YPF, cuya acción tocó un máximo este viernes de 31,10 dólares, el valor más alto desde mayo de 2015.
Según se desprende de las presentaciones de resultados del tercer trimestre de 2024, los precios de la nafta y el gasoil quedaron en ese período un 1% por encima de la paridad de importación (import parity).
Es decir, que ya no hay atrasos en los valores en las estaciones de servicio; excepto por los impuestos que el Gobierno tiene que actualizar -equivalentes a $ 140 por litro de nafta y $ 83 en el gasoil-.
«La estrategia de precios locales ya está completamente alineada» con los internacionales, «tras 9 meses del plan 4×4» que diseñó el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, señaló la empresa.
Entre julio y septiembre de este año, los combustibles tuvieron un precio de 716 dólares por metro cúbico (US$ 0,716 por litro) en el mercado local, mientras que la paridad de importación fue de US$ 707 /m3. Un año atrás, la situación era al revés: se vendían los combustibles a US$ 584 mientras la paridad estaba en US$ 805 por m3.
Aquella brecha de 28% es una de las explicaciones del desabastecimiento de combustibles de la primera semana de noviembre de 2023, que le habría costado 4 puntos porcentuales de votos al entonces ministro de Economía y candidato peronista Sergio Massa. Una serie de desinteligencias por la escasez de dólares y la programación de importaciones provocó la falta de oferta y habría volcado a miles de indecisos por Milei.
De acuerdo al balance de YPF, que concentra el 57% de las ventas de combustibles en la Argentina, los mayores precios de los combustibles y de aceites crudos le otorgaron en el tercer trimestre unos 80 millones de dólares de rentabilidad bruta (EBITDA), casi la mitad de los US$ 162 millones que se incrementó su EBITDA.
Los precios de la nafta y el gasoil, además, le sumaron a sus resultados unos US$ 264 millones en la comparación interanual.
En efecto, los datos de la consultora Economía & Energía muestran que los precios en dólares durante septiembre estuvieron un 25% por encima del promedio 2019-2023, aunque en pesos estaban 7% abajo. Como correlato, las ventas de combustibles se desplomaron un 6% en los primeros nueve meses de 2024 versus el mismo lapso del año anterior.
Quienes monitorean de cerca el sector cuentan que la nafta súper quedó muy barata respecto a la premium; así como el conjunto de las naftas en relación al gasoil. Históricamente el diesel era más barato que la nafta, pero en 2022 hubo desabastecimiento de gasoil en medio de otro episodio de atraso de precios y la guerra en Ucrania, por lo que esa relación se invirtió. La intención de las petroleras es estabilizar el mercado a medida que baje la inflación.
Los proyectos de YPF: oleoducto y GNL
Con los ingresos por las ventas de combustibles -que en el año suman US$ 7.864 millones-, YPF sostiene su plan de inversiones, que hasta septiembre acumulaban US$ 3.722 millones.
En lo que va del año, la petrolera desembolsó US$ 2.781 millones en el segmento «Upstream» (exploración y producción de hidrocarburos), de los cuales más del 85% -poco menos de 2.400 millones de dólares- fueron a no convencionales (el shale oil y gas de Vaca Muerta).
El gran proyecto de YPF es la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS). El primer tramo de 130 kilómetros que irá desde el campo Loma Campana en Neuquén hasta Allen, Río Negro, tiene un 50% de avance tras inversiones por US$ 200 millones, que sumarán capacidad de evacuación por 350.000 barriles diarios de petróleo (bpd) en el primer trimestre de 2025 y 450.000 bpd en el tercer trimestre de 2026.
En tanto, el segundo tramo tendrá 440 kilómetros de caños desde Allen hasta Punta Colorada, en Río Negro, con la instalación de tanques de almacenamiento y monoboyas para operar barcos súperpetroleros (Very Large Crude Carriers, VLCC) que pueden cargar unos 2 millones de barriles.
Ese proyecto se pondrá en marcha entre diciembre de este año y enero de 2025, con una inversión de 2.500 millones de dólares que busca ser aprobada en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y tiene el acompañamiento de PAE, Vista, Pampa Energía, Chevron y Shell -ya comprometieron capacidad por 370.000 barriles diarios-. Los bancos aportarían préstamos sindicados por US$ 1.500 millones y el resto será financiamiento propio de las compañías cargadoras de crudo.
La capacidad de transporte de crudo para exportaciones por el Océano Atlántico trepará a 180.000 bpd en el segundo semestre de 2026; 500.000 en el primer semestre de 2027; y 700.000 barriles diarios a partir de 2028.
Mientras tanto, se mantiene vivo el sueño de exportar Gas Natural Licuado (GNL). La malaya Petronas decidirá finalmente en diciembre si se queda o se va del proyecto, aunque todo parece indicar que abandonaría el memorándum de entendimiento (MOU), que nunca fue un compromiso firme de inversión.
La francesa TotalEnergies, a su vez, no quiere aumentar su exposición a la Argentina hasta que se levanten los controles de capitales –cepo al dólar-, según reveló el portal EconoJournal a partir de declaraciones del CEO global, Patrick Pouyanné.
Con todo, la angloholandesa Shell tiene todas las cartas para ser el socio de YPF en el sueño del GNL. Este jueves los directivos de la compañía se reunieron con el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quienes tienen la expectativa de que haya un boom de inversiones y exportaciones gracias al petróleo y el gas.