Después de 25 años de negociaciones y en medio de la cumbre de Montevideo, la Comisión Europea y su presidenta, Ursula Van der Leyen están dispuestas a firmar el acuerdo del Mercosur.
Von der Leyen, exministra de defensa alemana aprovechó la caída de Michel Barnier como canciller de Francia para impulsar el acuerdo en la cumbre de presidentes en Montevideo que comienza este viernes.
La funcionaria llegó a Uruguay con la esperanza de alcanzar una conclusión, a pesar de la hostilidad de Emmanuel Macron. En su escala en San Pablo recibió una furiosa llamada del presidente francés diciéndole que el “no estaba de acuerdo”, según informó el diario Le Figaro.
El resultado no podría ser más desfavorable para Francia. Cuando cayó el gobierno de Michel Barnier, la presidente de la Comisión Europea llegó a América Latina para ultimar el acuerdo, muy criticado en Francia, con los países del Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay).
“La cumbre del Mercosur que se celebrará este viernes en Montevideo ciertamente estaba prevista desde hacía mucho tiempo. Se consideraba la última oportunidad para concluir finalmente este tratado de libre comercio negociado durante veinticinco años. Pero Ursula von der Leyen esperó hasta el último momento para informar de su viaje allí, mientras Francia se encontraba en plena crisis política” dijo Le Figaro.
“Aterrizando en América Latina. La meta del acuerdo UE-Mercosur está a la vista”, tuiteó la presidenta de la Comisión Europea durante su escala en São Paulo el jueves por la mañana, antes de tomar su conexión a Montevideo.
Acompañada por el Comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, su intención es «finalizar los últimos debates políticos para concluir este acuerdo sin precedentes», subraya un portavoz de la Comisión. Las discusiones continuaron esta semana a nivel técnico para llegar a un compromiso el viernes.
Sorpresa para Macron
Emmanuel Macron estaba en Arabia Saudita y fue tomado por sorpresa. El gobierno de Barnier había caído y él debía buscar un premier antes de la reinauguración de Notre Dame el próximo sábado.
La llamó a Van der Layen en São Paulo para insistirle que, para Francia, “es inaceptable tal como está”.
En el Elíseo, la sensación de pánico era palpable. Además de la crisis institucional interna en Francia, una crisis con Bruselas. París cree que “la presidente de la Comisión corre un grave riesgo al intentar concluir un acuerdo sin haber compartido su contenido con los Estados miembros y sin haber verificado que habría una mayoría calificada para ratificarlo”.
En cuanto al ex premier Michel Barnier, que fue a Bruselas para aconsejar a Von der Leyen, que no ignorara la posición francesa, se trata de una nueva humillación. Después de este rápido viaje a América Latina, ella deberá reunirse el sábado con Macron en París para celebrar, en armonía, la reapertura de Notre-Dame.
Oposición de los agricultores
Los agricultores franceses se oponen a este acuerdo y se han movilizado con todo el país. Macron prometió no firmarlo.
Francia lleva meses relativamente aislada y Austria, más discretamente, se opone a este acuerdo. La mayoría de los países, encabezados por Alemania, España y Suecia, tienen apuro por concluirlo.
«Esta cumbre del Mercosur es probablemente la última oportunidad para lograrlo», afirmó el martes la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock.
“La presidenta de la Comisión tiene el mandato para hacerlo y, en nuestra opinión, debería utilizarlo” dijo.
Después de haber sufrido contra su voluntad la imposición de derechos de aduana sobre los vehículos eléctricos chinos, Berlín, como la mayoría de los países exportadores, está interesada en este nuevo tratado de libre comercio, que crearía una zona de más de 700 millones de consumidores para diversificar sus puntos de venta.
Concluir el acuerdo del Mercosur está en la “lista de tareas pendientes” alemana de Von der Leyen, comenta Marie-Pierre Vedrenne, diputada electa (Modem), miembro del Comité de Comercio del Parlamento Europeo. Pero una formalización apresurada “corre el riesgo de socavar la credibilidad y la capacidad de negociación de la Comisión Europea”.
Francia se vio fortalecida recientemente por la movilización de Polonia y todavía espera convencer a otros países, incluidos Italia o los Países Bajos, de unirse al grupo del No.
La minoría del bloqueo
Una minoría de bloqueo debe reunir a cuatro países, que representen al menos el 35% de la población europea. Francia recuerda que si la Comisión tiene competencia exclusiva, delegada por los Estados miembros, para negociar acuerdos de libre comercio, no tiene poder para firmarlos sin un mandato del Consejo Europeo, que reúne a los Veintisiete. Por eso Francia cree que una formalización en Montevideo este viernes no sería el final de la historia.
La Comisión se enorgullece de haber «insistido en las últimas fases de las negociaciones en reforzar los aspectos vinculados al clima, el desarrollo sostenible y el medio ambiente». Ellas son algunas de las reservas expresadas por Francia.
Se siente «optimista» acerca de poder «responder a las preocupaciones de nuestros Estados miembros». París también exige garantías para los sectores agrícolas, control sanitario de las importaciones y medidas «espejo» sobre las condiciones de producción.
«La total opacidad del método utilizado por el presidente de la Comisión Europea es muy preocupante, sobre todo teniendo en cuenta las importantes tensiones políticas que rodean este acuerdo comercial», juzga el eurodiputado Pascal Canfin.
Una vez concluido, el proyecto de acuerdo deberá ser traducido a las lenguas de los Veintisiete países y examinado por los servicios jurídicos. Luego tendrá que ser ratificado por el Consejo y el Parlamento Europeo.
La Comisión aún no ha comunicado la forma jurídica que desea darle. Si divide el texto en dos partes, no será necesaria la ratificación por los parlamentos de los 27 Estados miembros.
NE