El bloque del kirchnerismo en el Senado presentó formalmente un pedido de sesión especial para tratar la expulsión de Edgardo Kueider la próxima semana, con el fin de tratar de exponer su alianza con el oficialismo en una jugada que incomoda particularmente a la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Mientras el senador de origen peronista y de estrecho vínculo con el gobierno de Javier Milei permanece con prisión domiciliaria en Paraguay tras haber sido detenido en la zona de frontera con 200.000 dólares y casi 3.910.000 pesos en efectivo sin declarar, el bloque Unión por la Patria pidió una sesión especial para el próximo jueves a las 11:00 para tratar su remoción por «inhabilidad moral».
De esta forma pusieron en marcha el plan que adelantó iProfesional en momentos en que Milei y Cristina Kirchner se revoleaban el «padrinazgo político» sobre Kueider: llevar la controversia al recinto del Senado para «ver quiénes lo defienden y quiénes no», en palabras de la senadora cristinista Juliana di Tullio.
A pesar de que el Presidente dijo que Kueider es «problema del kirchnerismo», fuentes de La Libertad Avanza deslizaron a este medio que resistirían el intento de expulsar a Kueider del Senado. En ese contexto, Villarruel analiza si tendrá margen para mantener cerrado el recinto o si, por el contrario, se verá obligada a ceder a la presión de los K.
El kirchnerismo avanza con la remoción de Edgardo Kueider: ¿qué hará Victoria Villarruel?
Fuentes cercanas al despacho de la presidenta del Senado indicaron a iProfesional que piensa consultar la semana próxima «a los demás bloques» con el fin de «ver qué temperamento hay para aceptar la propuesta de Unión por la Patria».
A diferencia de lo que ocurre en la Cámara de Diputados, en el Senado la presidencia puede definir discrecionalmente en qué momento convoca a una sesión especial. Durante su paso por ese lugar, Cristina Kirchner solía «dormir» los pedidos de la oposición en ese sentido. Villarruel también lo ha hecho y ahora evalúa hacer lo mismo, pero quiere ver si tendrá apoyo de los aliados.
En el oficialismo dijeron a este medio que por el momento no tuvieron ninguna orden expresa de la Casa Rosada de mantener cerrado el recinto para evitar la expulsión de Kueider. «No descartamos que lo hagan», aclararon. Sin embargo, reparan en que el Gobierno quiere llamar a sesiones extraordinarias y en esa situación sería más difícil impedir que el kirchnerismo avance con su iniciativa.
Esto generó una desorientación en el Senado respecto de la estrategia parlamentaria de Milei, que se suma a la incomodidad que les produce el escándalo de Kueider. Por un lado, el Gobierno intenta despegarse del senador entrerriano a pesar de haber sido un aliado clave durante todo este año pero, por el otro, su eventual expulsión le daría una banca más a Unión por la Patria.
Sin Kueider, el kirchnerismo sumaría una banca: el detrás de la pulseada en el Senado
Kueider, quien hoy está detenido en un lujoso complejo en Paraguay, se fue del bloque Frente de Todos en 2022 y se puso del lado del entonces presidente, Alberto Fernández, en la pelea pública que mantuvo con Cristina Kirchner, a quien criticó en varias oportunidades. Desde ese momento, la bancada kirchnerista le hizo la cruz.
Tras la llegada de Milei al Gobierno, el senador entrerriano empezó a sumar para el oficialismo en el recinto y le aportó un voto clave para la aprobación de la Ley Bases. Ese fue el punto de quiebre final con el kirchnerismo y también con buena parte del peronismo. En el PJ de Entre Ríos tramita desde entonces un pedido para desafiliarlo del partido.
Todo esto influye en el rápido pedido de remoción del Senado que presentó Unión por la Patria, aunque un poco más pesa el hecho de que su suplente sería Stefanía Cora, actual diputada provincial y militante de La Cámpora. Es decir, el bloque kirchnerista pasaría a tener 34 bancas y quedaría a solo tres de la mayoría absoluta (37).
Ese punto ya empezaron a señalarlo en La Libertad Avanza para tratar de desacreditar la iniciativa de Unión por la Patria, aunque el argumento oficial que ya empezaron a deslizar y que usarán si encuentran apoyo del PRO, la UCR y otros bloques para resistir la avanzada K, será que hay que esperar una resolución de la Justicia argentina para expulsar a Kueider.
Otro enfoque posible sería el reglamentario: plantear la discusión sobre si se puede o no realizar esa sesión cuando el período ordinario de sesiones ya ha concluido. En Unión por la Patria, según indicaron a iProfesional, aseguran que el Senado puede tratar la remoción de uno de sus miembros en cualquier momento porque se trata de una definición sobre «la conformación del cuerpo», que es autónomo respecto de los otros poderes del Estado.
Sin embargo, paradójicamente cualquier resistencia que oponga el oficialismo a la expulsión de Kueider podría meter a la fuerza política de Milei precisamente en el juego que le plantea el kirchnerismo: exponer que «el Gobierno lo quiere proteger porque es un hombre propio», como apuntó Di Tullio.
Un aliado incómodo que obliga al Gobierno a una decisión difícil
Es por este motivo que Villarruel quiere consultar a los otros bloques antes de tomar una decisión sobre la sesión especial que impulsa el kirchnerismo. Además, la relación entre la presidenta del Senado y la Casa Rosada no es buena y, en ese marco, podría volver a recibir un dardo de Milei si avanza la expulsión de Kueider con un beneficio directo para Unión por la Patria.
En cualquier caso, la jugada del kirchnerismo es muy incómoda para La Libertad Avanza. Y es que, en efecto, hubo varias muestras durante este año de que el oficialismo contaba como un aliado al senador de Entre Ríos, que ingresó con el Frente de Todos y se paró como uno de los pocos «albertistas» en la interna de la gestión anterior.
El primero gesto fue el voto crucial que aportó para el avance de la Ley Bases, en un escenario que de tan parejo que era obligó a Villarruel a desempatar. A partir de allí, el senador estrechó su vínculo con el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo, como contó este medio y comentan hace meses distintas fuentes del Senado.
En ese marco, Kueider fue propuesto a instancias de Caputo para encabezar la estratégica Comisión Bicameral de Inteligencia, en la que el asesor presidencial se interesó en medio de la polémica por el DNU de Milei que le amplió el presupuesto a la Secretaría de Inteligencia (SIDE) en 100 millones de dólares.
Finalmente, fue el radical Martín Lousteau el que se quedó con ese lugar, pero la candidatura de Kueider fue promovida desde la Casa Rosada y poco después, el entrerriano se hizo con la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales, un lugar al que llegó con el apoyo decisivo de La Libertad Avanza y los bloques dialoguistas.
La jugada del bloque kirchnerista en el Senado para discutir la expulsión de Edgardo Kueider ya activó las alarmas en La Libertad Avanza y puso en alerta máxima a Victoria Villarruel, que tendrá la decisión final sobre la convocatoria a la sesión especial, pero primero espera una señal concreta de la Casa Rosada y, principalmente, de los bloques que pueden definir la pulseada.