La Navidad es época de estar en familia, de ver a los amigos y, quizás por única vez en todo el año salir de la oficina o puesto de trabajo y compartir con compañeros. Es momento de celebrar, de ir de fiesta, de volver al pueblo, de ver cuánto han crecido los más pequeños de la casa y, claro, brindar por lo vivido y lo que vendrá, comer platillos especiales y dar regalos. Todos queremos vivirlo de esa manera, pero no todas las circunstancias permiten hacerlo, y también eso hay que recordarlo.
Córdoba, año tras año, renueva su puesto como una de las ciudades de España con los barrios más pobres. Tres de los 15 barrios más desfavorecidos de todo el país están en la ciudad: el Guadalquivir, Las Palmeras-Azahara y el Sector Sur, donde se vive con las rentas más bajas de España. Aún así, los vecinos buscan poder disfrutar en medio de las dificultades del día a día. Se ayudan con comida, las asociaciones se ponen manos a la obra para que a nadie le falte de nada y si alguno está solo, rápidamente recibe una invitación y se le abren las puertas de un hogar. La solidaridad también brota –incluso más- por estas fechas.
La asociación de vecinos La Mirada del Sur, que atiende a los más desfavorecidos del Sector Sur y conoce de primera mano su realidad, ha instalado un belén y elaboran rosquillas solidarias para el barrio, además de entregar alimentos a las familias necesitadas, en torno a unas 40 esta Navidad con la colaboración de Fundación La Caixa. Según su presidente, Manuel Sierra, «este barrio está triste, no hay luces, no ves un alma en la calle».
Jenny, una de las usuarias de la asociación, asegura que este año lo va a pasar «muy mal» porque se ha separado por violencia de género con dos niños y sin trabajo. «Tengo 20 euros para pasar todo el mes», cuenta entre lágrimas porque «yo creía que tenía más soluciones y estoy viendo todo muy oscuro». Ella y sus dos hijos van a tener comida suficiente gracias a la asociación, que la ha provisto de leche, cereales, galletas, productos cárnicos y congelados.
«La gente está muy desesperada y desanimada, no tienen recursos económicos para sobrevivir en estas fechas tan señaladas y solo consiguen las puertas cerradas de las administraciones», agrega Sierra, que explica que su asociación lleva años ayudando al barrio en Navidad y a los que tienen muy pocos recursos y se ven obligados a pedir. Más allá, también buscan «que no los abandones, piden compañía».
Los vecinos del Sector Sur y Las Palmeras piden a los Reyes Magos más inversión y menos estigma
El barrio normalmente celebra en familia, y en otras zonas se juntan entre los vecinos. «Salen a la calle, con candela, cantan y bailan y se olvidan del día a día, se evaden de lo cotidiano», dice Juan Moreno Mata, presidente del consejo de Distrito Sur. Esta es una zona, agrega, «donde hay muchas familias desestructuradas, ausentismo escolar, se te rompe el corazón cuando ves que no pueden pagar la hipoteca y tienen que pedir alimentos a pesar de estar trabajando, eso está pasando cada vez más». La clase media, asegura Moreno Mata, ya está desaparecida en este barrio, los que trabajaban y aguantaban, en gran parte siguen trabajando, pero sin llegar a final de mes.
Las Palmeras es otro barrio donde es complicado no vivir al día, aunque conviven varias realidades en sus típicos patios. «En nuestro barrio tenemos distintas familias, pero las que tienen más o menos resuelta la posibilidad de pasar una buena Navidad son pocas», asegura Antonio Fernández, de la asociación vecinal Unión y Esperanza de Palmeras.
Los vecinos del barrio también se han organizado y las familias que tienen un poco más han decidido hacer algunas compras y darle a los que tienen menos. «Así nos organizamos, porque los asuntos sociales y el Banco de Alimentos aportan, pero en una Navidad los garbanzos no caen muy bien», bromea Antonio, que afirma que para estas fechas buscan dar «todo lo mejor que podemos dentro de nuestras posibilidades».
En ese barrio se celebra mucho por patios. En cada uno, los vecinos sacan mesas, sillas y ponen candela para preparar algo en conjunto. «Vamos recorriendo los patios y nos van invitando algo para picar y beber», cuenta Antonio. Lo hacen para el 24 y también para el 31 de diciembre, antes de que cada familia se junte en sus hogares para las uvas. «Dentro de las circunstancias que tenemos intentamos divertirnos y desconectar, porque nos pasamos todo el año con la cabeza rota pensando en cómo vamos a afrontar el día a día, entonces por estas fechas intentamos estar alegres y desconectar de esta realidad». Una realidad bastante dura, pero «es lo que nos ha tocado vivir», expresa este vecino del barrio.
Las Palmeras recuperó el año pasado su celebración de los Reyes Magos (como han recuperado otras tradiciones perdidas), y acuden a varias entidades para recibir donaciones de juguetes, como Sadeco. «Nos traen los juguetes, se hacen unos pequeños lotes, se les pone un número y se sortea en el campo fútbol entre las familias que tienen niños».
Los vecinos de todos estos barrios tienen una petición especial a los Reyes Magos: más inversión y menos estigma. En Las Palmeras, que se ponga en marcha ya el plan integral aprobado para un barrio que « no está en riesgo de exclusión, esta excluido hace tiempo», en el Sector Sur, entre otras cosas, que se reabra la comisaría que se cerró con el Covid, más vigilancia y mejores infraestructuras.
Las asociaciones redoblan esfuerzos
Las principales asociaciones que se encargan de atender a las personas en riesgo de exclusión social en Córdoba trabajan todo el año para atender sus principales necesidades y, sobre todo, acompañar a las personas vulnerables en unas fechas tan señaladas como es la Navidad. Desde actividades especiales, recolección de juguetes para los más pequeños y las tradicionales campañas para recaudar fondos son algunas de las iniciativas que llevan a cabo entidades como Cruz Roja, Cáritas o Prolibertas en Córdoba.
En el caso de Cruz Roja, repartirán un regalo especial a las personas sin hogar para pasar estas fechas, mientras que Juventud lleva a cabo la recogida de juguetes y Supermercados DEZA dona a la entidad lo recaudado por la venta de su lotería. Queda pendiente saber si este año habrá concurso de villancicos. En el caso de Cáritas, tienen en marcha su campaña de recaudación navideña con la que atienden, en parte, a más de 3.400 personas al año.
Prolibertas lleva casi todo el mes haciendo actividades tanto para recaudar fondos, como para sensibilizar y también homenajear a sus voluntarios. Hoy llevarán a cabo la comida de Navidad de los usuarios del Programa Convivienda (viviendas compartidas y con apoyo para personas sin hogar), y por la tarde una merienda con los usuarios y el Grupo Joven de la hermandad del Cristo de Gracia, que centra su acción social en la colaboración con este programa, financiando el alquiler de uno de los pisos. También habrá comida especial para los usuarios en Nochebuena y Nochevieja, así como una fiesta y un concierto flamenco.
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