El Córdoba CF se impuso por dinámica, coraje, corazón, fe e incluso una chispa de magia al Eibar en El Arcángel (2-1), en el que durante su última cita del año se refrendaron ciertas premisas: la reciente mejoría da para competir con garantías, el equipo ha recuperado el hambre y en su feudo no hay quien le tosa, al menos todavía. Todo eso recopiló entre sus lecturas también Isma Ruiz, uno de los protagonistas del pleito con los armeros, al que acabó colocando como un broche al 2024 en el hogar. «En casa somos muy fuertes, todos los equipos que van viniendo van con eso en la cabeza. Nosotros no podemos relajarnos, hemos completado un año en casa fabuloso, creo que no hemos perdido ningún partido. Toca hacer eso fuera, aunque aquí en casa es increíble», afirmó satisfecho.
La fortaleza casera
Con todo, no fue un pleito especialmente sencillo para los de Iván Ania, que tuvieron que lidiar con un empate tempranero, otro arsenal de ocasiones desperdiciadas -propias y ajenas-, más la ansiedad natural de no cerrar el cruce. «Metemos un gol rápido pero también nos dura muy poco la alegría. Ahí empezamos a perder un poco nuestra identidad, empezamos a jugar más directos, más abiertos, ahí no nos hemos encontrado lo suficientemente bien. Hay que estar metido los 90 minutos, así ha sido y nos hemos podido llevar la victoria», indicó.
«Ha sido un partido bastante competitivo, ellos tenían un juego aéreo, había que coger esa segunda jugada. Hemos sabido manejar bien esas situaciones. Hemos sido mayormente ganadores, hemos sabido competir el partido, que ha sido tan físico», insistió.
Quiere también el granadino aprovechar el impulso del triunfo para el último compromiso del año: el sábado ante el Oviedo, donde sitúa el objetivo en la victoria. «Tres puntos te dan claramente la tranquilidad de respirar, que el trabajo en casa lo has hecho bien. Queda Oviedo, el último partido del año, hay que ir a por los tres puntos. Es muy importante para nosotros, para la afición como para todo el mundo que está detrás», apostilló.