Salía en sus redes sociales posando con Lamborghinis y Porsches, dándose la vida padre en Marbella o Ibiza, practicando boxeo, motocross, surf, esquí, paracaidismo… ‘Influencer’ con más de 355.000 seguidores en Instagram y 155.000 en su canal de Youtube, era el paradigma del empresario de éxito. Dueño de un gimnasio en Las Rozas, con su propia marca de ropa deportiva -JFPRO- y colaborador de la mayor discoteca de Gran Canaria -Savana-, llevaba cinco años sorteando coches de lujo entre sus seguidores. Tenía hasta club de fans.
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