04/01/2025 21:42hs.
Cuando Sebastián Driussi se animó a pronosticar en 2020 que volvería a River “a los 27 ó 28 años”, el delantero quizás no supo la exactitud de su cálculo mental: aunque el 9 de febrero soplará las 29 velitas, en Núñez trabajan para asegurárselo antes. Aunque no sin una interesante inversión.
Porque el premio Gordo así lo requerirá: sacar a Driussi del Austin FC no será tarea sencilla. Con un año más de contrato y una cláusula de renovación automática por otra temporada más en la MLS, los directivos están reacios a perderlo. Mucho menos en pleno proceso de reinvención.
Los estadounidenses ya cambiaron a su entrenador (el valenciano Nico Estévez reemplazó a Josh Wolff) en pos de ganar competitividad: en la temporada pasada no lograron sortear la fase de Conferencias y apenas llegaron a dieciseisavos de final en la Leagues Cup.
El objetivo de la institución es relanzarse. Contexto que no parece hacer match con prescindir de uno de los jugadores franquicia del plantel (el otro es el ghanés Osman Bukari).
Driussi festeja el gol del triunfo. Fotos: Prensa Austin.
Además, el principal accionista del Austin FC -el magnate Anthony Precourt- le tiene una especial estima al Gordo, autor de ocho goles en los 30 partidos que jugó en 2024. Otro obstáculo que River eventualmente deberá sortear.
En este escenario, seducir a los texanos implicará un enorme desafío para la dirigencia: aun acordando rápidamente un eventual contrato de Driussi -de hacerlo, deberá aceptar rebajar su salario- será imperativo ofrecerles a los yanquis algo convincente.
Por lo pronto, ya sin la inversión de u$s 7 millones pensada para traer a Leo Fernández, la caja ahora se vuelve un tanto más elástica. Si alcanzará o hará falta más dinero, dependerá del fragor de las inminentes conversaciones entre Buenos Aires y Texas.
En Buenos Aires y a la espera de una resolución
River Plate –
Mientras se resuelve su futuro, Driussi entrena intensamente en la Argentina
Video: Thunder
Mientras tanto, el delantero espera en Buenos Aires. Aún de receso -pues la MLS arrancará recién el 22 de febrero- este fin de semana lo comenzó entrenándose: así lo mostró vía redes sociales. Otro gesto que los fanas consideraron como un guiño al deseo. Uno del que el punta es consciente.
El entrenador, por caso, ya había querido tener a Driussi en 2021: antes de dejar el club de San Petersburgo, la opción R estaba en el horizonte para el delantero. Incluso el Muñeco llegó a reconocer que intercambiaba mensajes con SD en plena negociación.
Sin embargo, los caminos no se cruzaron: la lesión de un delantero del Zenit frenó aquel primer intento. Ahora, cuatro años después, ambas partes están protagonizando una remake.
El gran deseo del Muñeco
Driussi sabe que Gallardo pretende tenerlo en el superplantel 2025 de River. Que su conocimiento del método MG le permitiría amoldarse rápido a la horma y darle un rédito futbolístico a corto plazo.
Con antecedentes que así lo respaldan: durante su primera etapa en el club, en sus 103 partidos (75 de ellos fueron como titular) con el Muñeco, Seba convirtió 27 goles y -además- convidó ocho asistencias.
El abrazo entre Drussi y Gallardo (Espn).
Volver a estar bajo el mando del Muñeco puede ser tentador para el punta. Y no sólo por el desafío deportivo de rendirle al entrenador más ganador de River en un año de Mundial de Clubes: el cariño que le guarda a MG también es explícito. Y quedó demostrado en diciembre.
Luego de que el Muñeco perdiera a su papá, el Gordo no sólo lo visitó en el Monumental -fue al partido ante Rosario Central- y después de la victoria de River le dio un fuerte abrazo al deté. Señal de amistad y de apoyo por el difícil momento que atraviesa el DT.
Un Gallardo que ha puesto la mirada en los ex para ir conformando una base de sustentación de cara a los desafíos 2025: además de Lucas Martínez Quarta (llegará al país el domingo) y Enzo Pérez -más el sueño latente de repatriar a Gonzalo Montiel- Driussi se ha colado en la planificación.
River acelerará en las próximas horas para intentar satisfacer el deseo del prócer con buzo y silbato. No será sencillo, tampoco imposible: si lo logra se sacará el premio Gordo.
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