Es sabido que alcanzar una convivencia armónica en los barrios tiene sus complejidades. Más, en tiempos de conflictividad elevada como los que se viven. El reciente asesinato brutal en Lomas del Mirador, partido de La Matanza (en Buenos Aires) resulta un caso extremo pero evidenció hasta dónde puede escalar la no resolución a tiempo de este tipo de problemáticas entre vecinos. En ese caso, el conflicto escaló a partir de reclamos por ruidos molestos.
En Córdoba, hace pocos días, una vecina cansada de la música hasta altas horas de la madrugada de la vivienda colindante, luego de haber acudido a la Policía y a la Justicia, compartió un texto público desde el agobio y la angustia al no poder descansar bien por las noches en los momentos en los que su vecina prendía su parlante con el volumen alto.
A raíz de esa carta, que La Voz publicó en su versión digital, desde la Subsecretaría de Fiscalización y Control de la Municipalidad de Córdoba reiteraron que aquellas personas que estén pasando por una situación de esta índole, deben comunicarse con Defensa Civil municipal al número 103. Desde allí, una patrulla de alguna fuerza de seguridad se hará presente en el lugar para constatar los hechos.
En caso de persistir el problema pueden labrar actas municipales para elevar una multa, que colocará el Tribunal de Cuentas.
En el momento de la intervención, se toma en cuenta si quien reclama se trata de vecinos con alguna patología o con edades avanzadas. En esos casos, se toma de referencia la vulnerabilidad y sensibilidad para la convivencia.
La vecina de la carta abierta, que reside en un barrio de zona sur de la Capital, contó a La Voz que la situación la exasperó, al no poder resolverla y desde el llanto de una noche en la que no podía dormir por el volumen de la música, escribió la carta relatando lo que sentía cada noche cuando en la vivienda colindante prendían el parlante. “Me siento esclava en mi casa, me siento impotente porque no hay nada que pueda hacer para que estos vecinos dejen de molestar, para que nos dejen vivir en paz”, relata en parte del texto que tituló “Crónica de un día más de violencia acústica”.
Herramientas gratuitas
Por otra parte, la Defensoría del Pueblo de la Provincia también ofrece una herramienta gratuita para resolver este tipo de conflictos. Trabajan desde el Centro de Mediación Comunitaria y aplican un método que permite resolver los inconvenientes entre los mismos vecinos.
El objetivo es llegar a un equilibrio sin terminar en una instancia judicial ni policial. Explican desde el organismo que los principales detonantes son por ruidos molestos, por las mascotas, por humedades en paredes u otros problemas de medianeras, y por los residuos.
En 2024, la Defensoría del Pueblo recibió más de 1.400 consultas por problemas convivenciales entre vecinos y asegura que la mayoría de ellos se concentró en la Capital cordobesa.
En sus registros, notan un gran incremento en este tipo de consultas en el último tiempo. Lo atribuyen a lo que desencadenó el caso que conmovió al país en La Matanza, entre otras razones.
Para acceder a la mediación, los interesados deben contactarse con la Defensoría telefónicamente o ir personalmente a la sede de Deán Funes 274. Los mediadores convocan a las partes para llegar a algún tipo de acuerdo. “El método conduce a convivencias pacíficas. Es muy demandado”, expresaron desde el organismo.
La Policía de Córdoba explicó también que reciben muchas llamadas al 911 particularmente con reclamos de música fuerte. Los móviles van al lugar pero se admite como no se trata de una emergencia, no tienen prioridad y pueden demorarse en la intervención.
Algunas veces, si a pesar de las advertencias, se insiste con la actitud provocativa y comienza a perfilarse como eventual daño, pueden avanzar algunos casos hacia una demanda judicial.