La inspiración no aparece sola; hay que trabajar para que brote. Sin embargo, no solo se trata de exprimirse en busca de una buena idea, sino que el escenario exterior también aporta esos intangibles que hacen que el cerebro funcione con una marcha más. La Farinera Sant Lluís, ubicada en Pont de Molins (Empordà, Girona), ofrece el contexto adecuado para la celebración de todo tipo de eventos empresariales, como presentaciones, congresos, reuniones de trabajo, formaciones, cenas de gala e incluso sesiones de ‘team’ building y retiros. Sus argumentos: un edificio modernista de 1913 renovado y rodeado de más 130 hectáreas de bosques, jardines, dos lagos naturales y múltiples zonas interiores y exteriores.
Un espacio ideal, donde se combinan la productividad con la desconexión, que permite acoger tanto a cientos de personas como a grupos reducidos, según las necesidades de cada empresa, entidad o asociación. Esta finca singular y exclusiva, catalogada por la Generalitat de Catalunya y adaptada a las necesidades contemporáneas, ya ha llamado la atención de visitantes de todo el mundo. Seguramente porque “pocos espacios modernistas pueden utilizarse para eventos de empresa”, tal y como señala Marina Costa, directora de La Farinera, que pertenece al grupo familiar unaPipa.
Espacio en exclusividad
Los interiores elegantemente restaurados y los amplios jardines, combinados con el encanto modernista del edificio, crean una atmósfera ideal para la creatividad y la colaboración. Con salas equipadas para reuniones de diferentes capacidades, zonas chill-out para momentos de relajación y un gran aparcamiento privado, la finca ofrece privacidad absoluta. En este sentido, las empresas gozan de exclusividad, ya que la finca se reserva solo para ellas, y también flexibilidad para aprovechar sin límites todos los espacios. Con cocinas preparadas para catering y una cocina privada, La Farinera permite organizar almuerzos, cenas de gala y otras comidas personalizadas para cada evento.
La finca ofrece todas las comodidades para organizadores de eventos: desde un amplio aparcamiento hasta bicicletas, un campo de fútbol y piscina, permitiendo disfrutar de una escapada relajante y organizar actividades de ocio.“En La Farinera Sant Lluís de Pont de Molins, el pasado modernista se fusiona con la modernidad para crear experiencias únicas”, aseguran.
Los equipos, además, pueden disfrutar de actividades personalizadas dentro de la finca. En este sentido, los especialistas de La Farinera organizan a medida actividades gastronómicas, culturales, motivacionales o de ocio. Y también experiencias afterwork conectadas con el territorio, como elaboración de perfumes, maridajes florales, baños de bosque o excursiones nocturnas por la naturaleza.
Alojamiento para 64 personas
En cuanto al alojamiento, tiene capacidad para 64 personas, ya que dispone de 10 habitaciones (8 dobles y 2 cuadruples), a lo que se añade la posibilidad de alquilar 5 alojamientos rurales que se encuentran en la misma finca, los Masos Can Sot. Y todo ello en una ubicación en el interior del Alt Empordà que goza de buena conexión con autopista, con la estación del AVE y el aeropuerto de Girona y Perpinyà.
El escenario perfecto para que las buenas ideas tomen forma. De momento, ya lo han experimentado compañías como Porsche, Roca, CaixaBank o Salerm Cosmetics, y el objetivo es que cada vez sean más.
Una sorpresa entre el bosque
La Farinera Sant Lluís ha labrado su fama gracias a la celebración de bodas exclusivas e internacionales, que ya deben reservarse con al menos un año y medio de antelación. Y ahora se han propuesto extender este éxito a los eventos corporativos. Construida en 1913, estuvo en funcionamiento hasta los años sesenta. Tras un período de transformaciones, se planteó como residencia de lujo para personas mayores, mientras que el resto se convirtió en un vivero.
En un cambio de rumbo inesperado, el grupo familiar unaPipa -sus actuales gestores- adquirió la finca y, para sorpresa de todos, sin saberlo, entre los árboles encontraron el edificio abandonado y decidieron convertirlo en un gran espacio para eventos en el corazón del Alt Empordà. “Se hizo un trabajo importante de restauración para conservar el valor arquitectónico con los materiales originales. Para nosotros fue una sorpresa descubrir esta joya modernista entre matorrales y árboles caídos. Recuperar la historia de la fábrica y enseñarla al mundo es muy gratificante”, aseguran.