Cayetano Martínez de Irujo, el eterno jinete pijo, hijo de la duquesa de Alba, se va a casar con su novia, Bárbara Mirjan, tras una década de relación. A bombo y platillo lo ha anunciado la siempre bien informada revista ‘¡Hola!’. Según desvela la publicación, todavía no han escogido la fecha del enlace, pero está previsto para septiembre u octubre de este año. Ya han iniciado los preparativos y, claro, una parte de la prensa del corazón ha sacado la artillería pesada, con bien de romanticismo, cuál vaselina, para que todo nos entre mejor. Repasemos juntos algunos titulares: “Un amor que ha vencido el paso del tiempo”, “una historia digna de un cuento de hadas”, “han soportado los vientos huracanados del escepticismo ajeno” y otras frases de lo más empalagoso. ¿El pequeño detalle? Cuando se conocieron, ella tenía 18 años y él 52. Sí, 33 años de diferencia. ¿Nos tiene que parecer normal que un hombre de 50 y pico tenga una novia postadolescente?
Ahora bien, hablemos de su madre, Cayetana de Alba, que será recordada por ser la mujer que, según el Libro Guinness de los récords, tenía más títulos que ningún otro noble en el mundo y por cometer la osadía de enamorarse de un hombre 24 años menor que ella. Cuando el romance salió a la luz, se la cuestionó hasta el punto de poner en duda su capacidad mental. Pero ahora que su hijo Cayetano está en una situación similar, aunque en el otro extremo, la mayoría aplaude usando el manido “el amor no tiene edad”. ¿Hasta cuándo vamos a seguir perpetuando este doble rasero? Además, Alfonso Díez ya tenía 58 años cuando conoció a la duquesa, en cambio, la prometida de Cayetano acababa de cumplir los 18 cuando comenzaron su relación.
La diferencia de edad importa
Laura Escanes tenía 19 años cuando conoció a Risto Mejide. Tras su separación, la joven confesó que “creía que una pareja con diferencia de edad era viable si hay amor. Ahora pienso que no, que hay muchos factores que afectan. El más importante, el momento vital. Llega un momento en que eso no te hace feliz”.
Sólo un dato curioso: resulta que el córtex prefrontal de las mujeres, la parte del cerebro que regula la toma de decisiones y el juicio, no se desarrolla completamente hasta los 25 años. Esto significa que, hasta esa edad, las decisiones son menos racionales y más impulsivas, por lo que es lógico que las chicas jóvenes sean más influenciables y propensas a caer en relaciones donde exista un desequilibrio de poder.
María Teresa Campos fue objeto de mofa y críticas al iniciar su relación con ‘Bigote’ Arrocet, 8 años menor que ella. La diferencia de edad, en este caso, fue debate nacional y un pecado capital que ensombreció, en muchos momentos, la carrera profesional de la presentadora. Y qué decir de Ana Obregón y Darek, cuya relación fue siempre ridiculizada, destacando constantemente la brecha generacional. Pero los machitos como Bertín Osborne eligen parejas mucho más jóvenes y aquí no pasa nada. Las Mamarazzis nos echamos las manos a la cabeza. Entonces, ¿es casualidad que estos señores mayores siempre encuentren el amor en mujeres mucho más jóvenes o es una dinámica que llevamos demasiados años normalizando? Dejemos de romantizar de una vez estas relaciones desiguales para que podamos desterrar las prácticas machistas disfrazadas de amor. Si el amor es ciego, que no sea sordo también.