Acostumbrados a mecerse en el vaivén de las victorias, nueve seguidas habían encadenado, a los jugadores del Barça les supo a poco el empate con el Betis, que se había presentado con seis triunfos en Montjuïc. Aunque hubieran adquirido un punto extra de ventaja respecto al Madrid, cuyo patinazo fue mayor con el Valencia en el Bernabéu (1-2). Hansi Flick, en cambio, se conformó con la ganancia y la lección aprendida. «Ahora todos tocarán con los pies en el suelo y eso ayudará».
La autocrítica empezó muy pronto en el vestuario del Barça, con el cuerpo todavía caliente después del partido. «Nos ha faltado determinación y muchas más ganas de ganar», explicó Pau Cubarsí, muy severo en el análisis propio. Sobre todo en la disposición inicial, «sin las ganas de liquidar el partido desde el primer momento», tal vez con el fresco recuerdo de la derrota del Madrid poco antes de partir hacia el estadio.
La consecuencia fue que el Barça se inyectó una dosis de relajación al saber que no perderían distancia en el peor de los casos. «En la primera parte no hemos salido como teníamos que salir. El ritmo del partido era lento y te diré que hasta aburrido para la gente», explicó Cubarsí a los micrófonos en las entrañas del estadio, enfadado porque habían dado «vida y energía» a un Betis que conservó el empate en su segunda visita a la montaña. En enero, en la Copa, había sido vapuleado por 5-1.
Pau Cubarsí vigila a Antony, en presencia de Pedri, en una acción de ataque del Betis. / Toni Albir / EFE
«En la primera parte no hemos salido como teníamos que salir. El ritmo del partido era lento y te diré que hasta aburrido para la gente»
Pau Cubarsí
— Defensa del Barça
El análisis más sereno era el de Hansi Flick, que se daba por «satisfecho» con la reacción del equipo en el segundo tiempo. El técnico dio a entender que se temía que el punto de «inflexión» que intuía Cubarsí hubiera salido más caro. Antes del partido estaba preconcebido que Pedri, Frenkie de Jong y Ferran no jugarían los 90 minutos por la carga física que arrastraban. A De Jong y Pedri les sustituyó (por Eric y Fermín, respectivamente), con el 1-1 en el marcador, igual que a Ferran (por Raphinha), necesitado de descanso. Szczesny, Koundé y Lamine Yamal han sido titulares en los cuatro partidos.
Las 72 horas
Flick resaltó que se sentía orgulloso del rendimiento del grupo desde el parón de las selecciones. El trajín del Barça ha sido de una cadencia de un partido cada tres días: jueves (Osasuna), domingo (Girona), miércoles (Atlético), sábado (Betis). Las 72 horas mínimas, o menos, que tanto protestó Carlo Ancelotti en el Madrid.
«No es una excusa si queremos ganar todos los títulos posibles, somos el Barça», le afeó indirectamente Cubarsí, marcando distancias. El equipo azulgrana tendrá un día de descanso adicional para recibir el miércoles al Borussia Dortmund en los cuartos de la Champions.
El trajín del Barça de las 72 horas tras el parón de las selecciones: jueves (Osasuna), domingo (Girona), miércoles (Atlético), sábado (Betis).
Más ventaja
Flick ha imbuido en sus jugadores la idea de que la máxima responsabilidad de los resultados es suya: ni del árbitro, -un Gil Manzano que pitó el final antes de alcanzar los cuatro minutos que había concedido-, ni del estado del césped ni del clima ni de las circunstancias. La flagelación de las palabras de Cubarsí recordaba que «contra el Atlético de Madrid corrimos de más porque la segunda parte no fue del todo bien y hoy se ha notado».
Pero tras el 1-1 del sábado, Flick fue el más indulgente del grupo. Mucho más que Raphinha, indignado con Gil Manzano y uno de sus asistentes. El técnico declinó la invitación para hablar del árbitro. Prefirió disfrutar de la lectura puramente pragmática de la situación. «Tenemos un punto más y queda una jornada menos», dijo, aunque en sus cuentas veía incrementada la ventaja respecto al Madrid, además de añadir la clasificación para la final de la Copa del Rey tras vencer al Atlético en su casa.
«Una situación excelente»
El Barça, todavía invicto en los 22 partidos jugados en 2025, ha sumado 28 de los 30 puntos de la Liga: todos menos los dos que le habría dado la victoria sobre el Betis. El Madrid ha sufrido una sangría, con apenas 17 puntos de los 30, algo más de la mitad, con lo que se ha producido el vuelco en la clasificación.
La Liga se reanudó en enero con el Madrid líder al frente de la tabla con siete puntos de ventaja sobre el Barça, que era tercero; diez partidos después, el Barça anda en cabeza con cuatro de ventaja.
«Estamos en una situación excelente», concluyó Flick el sábado por la noche. Mejor de la que habrían pensado los más optimistas del lugar.