Europa busca estrategias «más allá de las becas» para atraer a científicos expulsados por Trump

El descontento de los científicos estadounidenses con las políticas de Donald Trump no hace más que aumentar. La imposición de aranceles a todos los productos importados a Estados Unidos, entre los que se incluyen materiales esenciales para la investigación, ha enfurecido aún más a una comunidad académica que desde hace semanas está sufriendo drásticos recortes en las subvenciones así como censura en todas aquellas investigaciones relacionadas con la perspectiva de género, la diversidad o la lucha climática.

Desde Europa se habla de «aprovechar la oportunidad» para captar a los científicos descontentos con Trump y atraerlos hacia el Viejo Continente. Según ha explicado Ekaterina Zaharieva, máxima responsable de las políticas científicas de la Unión Europea, los Veintisiete se centran ahora en estudiar estrategias más allá de las becas para captar a estos investigadores.

La UE está desplegando programas de becas que supondrán una inversión de entre 150 y 170 millones de euros

Según ha adelantado Zaharieva en una entrevista con la revista ‘Nature’, las instituciones europeas están muy interesadas en convertirse en un foco global de atracción del talento científico, incluido el de Estados Unidos, y para ello ya se están desplegando varios programas de becas competitivas. Por ejemplo, el programa de becas Marie Skłodowska-Curie para investigadores que estén empezando su carrera. En breve también se espera el despegue del programa ‘Choose Europe’ que, según apunta esta diplomática, también estará centrado en ofrecer una plaza permanente a «los mejores jóvenes investigadores». Paralelamente, añade Zaharieva, el Consejo Europeo de Investigación está trabajando para crear un programa específico de cátedras académicas para los mejores científicos y para ampliar otros programas de cátedras del Espacio Europeo de Investigación. Para ello se prevé una inversión de entre 150 y 170 millones de euros.

Pero estas no son las únicas medidas que ahora mismo tiene sobre la mesa Europa. Porque, tal y como reconoce Zaharieva, «aunque Europa tenga un programa de becas, si no es un buen lugar para investigar los científicos no vendrán». «Es importante brindarles las condiciones adecuadas, pero también necesitan sentirse libres para investigar«, ha declarado la máxima responsable europea de los programas de investigación. En este sentido, la diplomática ha hablado de medidas como, por ejemplo, simplificar los visados y agilizar la burocracia tanto para solicitar estas becas como para acreditar el avance de la investigación. En este sentido, ha anunciado el inicio de proyectos piloto para simplificar al máximo la presentación de proyectos para que los científicos no pierdan tanto «tiempo y dinero».

Son muchas las voces que defienden que la lucha por atraer el talento científico extranjero no depende solo de las becas como, por ejemplo, las planteadas hasta ahora en Europa. Según explicaba Francisco Marcellan, vocal de la junta de gobierno de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), en una entrevista con EL PERIÓDICO, la principal limitación de las becas ofrecidas por Europa o por España es que, en la mayoría de casos, los sueldos que ofrecen son sustancialmente más bajos que los de Estados Unidos. Además, explica este académico, el hecho de ofrecer becas puntuales de entre tres y cinco años de duración hace que muchos investigadores teman perder la estabilidad.

Según argumenta Marcellan, otra de las grandes trabas económicas para atraer a científicos punteros es la escasez de infraestructuras de primer nivel en los centros de investigación y universidades españolas en comparación con las que existen en EEUU. «De poco sirve traer a mentes brillantes si aquí no tienen equipación suficiente para desarrollar sus proyectos. Se trata de una carencia estructural que para subsanarse requiere una inversión cuantiosa y mucha planificación estratétiga», afirma este académico, quien también ejerce de director del Departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III.

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