En medio de la guerra comercial mundial, el Mercosur acordó flexibilizar su política de aranceles y sumar 50 productos a la lista de productos con excepciones al arancel externo común que aplica la unión aduanera a las importaciones.
En un encuentro celebrado en Buenos Aires, encabezado por el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, los cancilleres expresaron la necesidad de “hacer frente a los desafíos que presenta el actual contexto internacional”.
En ese sentido, el comunicado del Mercosur confirmó “la necesidad de ampliar temporariamente la lista nacional de excepciones al arancel externo común de cada Estado Parte hasta 50 códigos arancelarios”. De esa forma, cada país sumó una herramienta de negociación para los acuerdos comerciales con otros paises y, en especial, con los Estados Unidos.
La Argentina había llegado a la reunión con una propuesta para flexibilizar la unión aduanera, en virtud de su objetivo de llegar a un acuerdo con el gobierno de Donald Trump.
En el comunicado, los cancilleres expresaron la necesidad de que cada Estado luego implemente la lista de excepciones, así como también “discutir la modernización del Mercosur”.
El próximo paso será la reunión del Grupo Mercado Común prevista para el 23 y 24 de abril, en forma previa a un nuevo encuentro de Cancilleres que tendrá lugar el 2 de mayo próximo.
El giro se produce en medio de la inestabilidad generada por la suba de aranceles dispuesta por Donald Trump; y en línea con el objetivo del gobierno libertario que busca que cada país del Mercosur pueda manejar sus aranceles sin consultar a sus socios.
Al concluir la reunión, el canciller Werthein y los ministros de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira; Uruguay, Mario Lubetkin; Paraguay, Rubén Ramírez; y Bolivia, Celinda Sosa Lunda, se tomaron una foto conjunta en el patio central del palacio y luego compartieron un almuerzo.
El presidente Javier Milei viajó el martes pasado a Paraguay para encontrarse con su par de ese país, Santiago Peña, y formar una estrategia común frente a la postura de Brasil y Uruguay.
Tal como informó LA NACION, Milei dio instrucciones a la Cancillería de acelerar, desde la presidencia pro-témpore que ejerce hasta mitad de año, el acuerdo entre el bloque y la Unión Europea.
En el comunicado conjunto también se reafirmó “el compromiso con el fortalecimiento y la unidad del Mercosur y la determinación de modernizarse y explorar, de manera coordinada, como aprovechar mejor las circunstancias de una coyuntura internacional cambiante y desafiante”.
Allí se destacó el “clima de cordialidad y confianza” en el que “los Cancilleres coincidieron en la importancia de trabajar en la agenda interna y de relacionamiento externo del Mercosur”. Y, en ese sentido, subrayaron “los recientes avances, como la suscripción del acuerdo con Singapur y la conclusión de las negociaciones con la Unión Europea y manifestaron su compromiso en avanzar prioritariamente con las negociaciones con EFTA y con Emiratos Árabes Unidos, con vistas a concluir ambas negociaciones durante el presente semestre”.
En otro de los puntos acordaron continuar en las semanas subsiguientes con este diálogo “franco y abierto”, con vistas a la LXVI Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del MERCOSUR de julio próximo.
El viaje de Milei y la previa de Francos con Vieira
En su periplo en Paraguay, Milei intentó unir fuerzas con Peña anticipándose a una diferenciación con Brasil y Uruguay, los otros dos socios del Mercosur, muy críticos de la suba generalizada de aranceles decretada por el presidente Donald Trump y dispuestos a subir la apuesta en la confrontación con el mandatario norteamericano.
El encuentro de este viernes fue cerrado e informal. Estuvo por fuera del calendario oficial de reuniones del Mercosur, que tiene a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, como miembros plenos y a Bolivia, en proceso de adhesión para serlo.
El Presidente busca coincidencias con Peña en torno a la agresiva política arancelaria de Estados Unidos, fuertemente criticada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para quien Trump es “un ciudadano que se cree capaz de dictar reglas para todo lo que pasa en el mundo”, aunque dejó un margen para la negociación con el gobierno norteamericano. La semana pasada, y bajo el impulso del oficialismo, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó un proyecto de ley que permite tomar medidas de represalia contra países que impongan barreras comerciales.
La reacción de Milei fue la opuesta. Luego de celebrar que la suba de aranceles haya sido “sólo” del 10 por ciento, el Presidente prometió “readecuar” la normativa argentina, a fin de arribar a un “acuerdo de preferencias comerciales” con Estados Unidos en el plazo más corto posible.
Por otro lado, y en una señal de distensión, el jefe de ministros, Guillermo Francos, recibió al canciller brasilero, Mauro Vieira, hombre de suma confianza de Lula da Silva.
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