Este 12 de abril, Héctor Pedro Vergez, quien era famoso por los tormentos que usaba contra personas detenidas ilegalmente en Argentina, fue hallado muerto en su lecho del Complejo Penitenciario de Bouwer, en Córdoba, donde cumplía una condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
Como Alfredo Astiz, fue un referente del terrorismo de Estado que 2011 terminó en el banquillo de los acusados, frente al Tribunal Oral Federal Nº 5 donde comenzó a ser juzgado, de manera paradojal y casi simbólica, un Día de la Primavera.
Se lo imputaba por las desapariciones del empresario Julio Gallego Soto, del funcionario ministerial Juan Carlos Casariego de Bel y del militante del ERP Javier Coccoz. Se le atribuía el secuestro de la pareja de este último, Cristina Zamponi, y su pequeño hijo; ambos fueron los únicos sobrevivientes. Ella, desde algún lugar de la sala, lo miraba fijamente.
Foto: Facebook del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti
El jefe y creador del campo de concentración cordobés La Perla vivía en un departamento ubicado en la calle Rodríguez Peña 279, de la capital cordobesa y según le contó a cba24n.com.ar, el abogado Claudio Orosz, de extensa trayectoria en juicios de lesa humanidad y participe de la megacausa Menéndez III, que en 2024 fue cesanteado de la Secretaría de DD.HH. a fines de agosto, al igual que otros colegas querellantes en causas judiciales por los crímenes de la dictadura militar, “Héctor Pedro Vergez era quien cuando nosotros, en nuestra adolescencia, militábamos en distintas organizaciones y en nuestros centros de estudiantes, en nuestro caso, secundarios, era quien ya había instaurado la persecución desde el año 74 y recrudeció en el año 1975, él fue con Telleldín, quien organizó matanzas deteniendo compañeros, torturándolos salvajemente y matándolos y dejando sus cadáveres tirados en las zonas del Pan de Azúcar y distintas serranías de Córdoba.”
Recuerda Orosz que “en septiembre del 75 y octubre del 75, junto con Menéndez y que, tal como quedó totalmente comprobado en las causas de derechos humanos, Vergez organizó el Comando Libertadores de América con militares, policías y sindicalistas burocráticos y recrudeció la campaña de detención, tortura y desaparición de personas.”
Foto: CIJ
Otros macabros hitos en la trayectoria del torturador Vergez, según describe Orosz ”fueron el de ser el Jefe de la Sección de Operaciones Especiales de Destacamento 141 hasta mediados de 1976 e inauguró La Perla y previo a haber inaugurado, ya a fines del 75, el primer campo de concentración de Córdoba que fue La Ribera (Ubicado en el sudeste de la Ciudad de Córdoba, el “Campo de la Ribera” fue entre diciembre de 1975 y mediados de 1978 uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más importantes de la provincia de Córdoba), Vergez se vanaglorió en los primeros días de enero de 1976 de haber asesinado durante 48 horas a un militante, de lo que él llamaba los moncholos, los montoneros, matando a uno por hora y además participó en el asesinato de los estudiantes bolivianos, que fue un mensaje de terror a toda la sociedad cordobesa.”
El abogado Orosz también recordó que Vergez “fue el que implementó concretamente el plan de desaparición en Córdoba y de esos primeros meses en La Perla, prácticamente no hay sobrevivientes, luego fue trasladado al Batallón 601”, y agrega que este represor “nunca dejó, por ejemplo un caso paradigmático como el de Astelarra, donde además de juntar su actividad estatal ilegal junto con el robo, porque se le exigió a la familia Astelarra una suma de dinero por noticias de su hija, luego siguió sus correrías en el Batallón 601, fue juzgado por la causa Coccoz y lo que significó en mayo de 1977 con la detención de centenares y centenares de personas que nunca más aparecieron.”
Foto: Tiempo Argentino
Vergez no terminó sus tropelías delictivas con el final de la dictadura cívico-militar en la Argentina, ya que según cuenta Orosz, “ya retirado, Vergez se dedicó a delitos económicos que tuvieron amplia trascendencia a nivel nacional e incluso fue el que negoció, por el juzgado que investigaba el atentado de la Embajada de Israel con Telleldín hijo, que el pago a la familia de varias centenas de millones de dólares para que insertaran la falsa idea de la utilización de una traffic. Estuvo detenido por estafas en el Gran Buenos Aires, por usura”, y agregó que “en el juicio de la Perla, jamás mostró arrepentimiento sino al contrario, siempre actitudes provocativas, fue quizás lo más paradigmático, junto con Barreiro y Acosta, acá en Córdoba, de lo que fue el horror y como desapareció una generación de obreros que pertenecían a las comisiones internas, delegados y conducciones de sindicatos clasistas y antiburocráticos y pudimos condenarlo en el juicio de la Perla a perpetua y murió en la cárcel que era el lugar donde debe estar este tipo de personas que realmente han producido delitos de lesa humanidad imposibles de perdonar, imprecriptibles e inindultables”, concluyó el abogado Claudio Orosz.