El alivio de la cantidad de dólares que pueden obtener los productores no es suficiente, según los especialistas. En este sentido, si bien tienen una mayor facilidad, por ejemplo, al tener que cancelar una obligación negociable en moneda extranjera, esto no modifica el problema de fondo.
En este sentido, ante un escenario impulsado por la eliminación del dólar blend, la eliminación «parcial» del cepo para personas jurídicas, a diferencia de las personas físicas, y la amenaza de un posible retorno a las retenciones para después del 30 de junio, surgió un debate entre especialistas sobre el futuro del proyecto.
Cuál es el impacto del fin del dólar blend en el sector agropecuario
«Hoy el productor tiene mayor capacidad de compra de dólares billete«, explicó Mónica Ortolani al Canal E, al señalar que un productor puede acceder a 200 dólares con su maíz, unos 28 dólares más que antes del 11 de abril. Lo mismo sucede con el trigo y la soja.
Pero aclaró que este alivio es parcial: «Esto le da mayor poder de fuego si tiene que cancelar una obligación en dólares, pero no cambia el fondo del problema. Cada vez que el productor siembra, clava dólares en la tierra y debe honrar compromisos».
«El gran fantasma es la no renovación de la baja de retenciones por el decreto 38», advirtió y agregó Ortolani. Según la especialista, esto tiñe de rojo las expectativas para la soja, que ya fue la más castigada», agregó. En sus cálculos, sin esa quita, el precio de este cultivo podría caer a u$s260 por tonelada, lo que implicaría una pérdida de hasta USD 25.
«Ya lo anunció el Presidente. Creo que no va a renovar la baja, y el precio puede seguir cayendo», afirmó. Asimismo, para la directora de Tónica Online, el maíz es el producto estrella del momento: «Hoy paga un 12% más que su capacidad teórica de pago, prácticamente sin retenciones». Por eso, recomendó aprovechar los precios actuales para cancelar deudas, comprar insumos clave o incluso invertir.
También la experta señaló oportunidades en la prestación de servicios: «Algunos productores están evaluando brindar labores agrícolas. Las tareas se han encarecido en dólares, pero pueden ser un buen negocio para quien tenga maquinaria».
La oposición busca aprovechar la «pelea» de Javier Milei con el campo
El presidente Javier Milei encendió las alarmas en el campo la semana pasada, cuando anunció que a partir de julio las retenciones a las exportaciones del agro volverían a subir, tras la baja temporal que rige desde fines de enero. De esta manera, la soja volvería a pagar 33 por ciento de alícuota de derechos de exportación.
«Dijimos que eran transitorios, avisen al campo que si tienen que liquidar, que lo hagan ahora porque en julio le vuelven las retenciones», adelantó Milei en una entrevista radial que brindo la semana pasada.
Ante ese escenario, la oposición tiene presentados en el Congreso una serie de proyectos de ley para hacer permanente la baja que el Ejecutivo estipuló como temporal y que ya abrió el debate en la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.
De hecho, en las últimas horas, desde Democracia para Siempre, la diputada santafesina Melina Giorgi, presentó un nuevo proyecto para establecer la reducción de las alícuotas en un 20%, pero a partir de enero de 2026 y hasta llevarlas a 0 en el 2030.
En el proyecto, la diputada advierte que el debate por el tema de las retenciones genera incertidumbre en los sectores productivos que no saben con certeza las reglas tributarias que lo regirán en el futuro. Según Giorgi, «la facultad casi discrecional de decidir sobre el aumento o la baja de los derechos de exportación de la que puede hacer uso el Presidente podría implicar, por un lado, un factor de presión sobre los productores y también una herramienta de manipulación de los precios de los productos gravados y por ende una injerencia en la libre fijación de precios por mandato de las leyes de oferta y demanda».
Tras advertir que los derechos de exportación «son uno de los impuestos más distorsivos», la diputada santafesina reconoce que la eliminación, sin más de las mismas, privaría al Estado Nacional de recursos que quizás hoy ya tienen un gasto al cual ser asignado.
Por eso, la diputada no impulsa la eliminación lisa y llana, porque sostiene que «en lo inmediato las retenciones no deben ser removidas sin considerar la sustitución de ese ingreso para el fisco». «Propongo en el proyecto reducir todos los derechos de exportación porque sería injusto si nos limitáramos solo a la producción agropecuaria, ya que contempla a la producción en general», explico Giorgi a iProfesional.
Según precisó la diputada, a través de la iniciativa se propone que empiece a regir desde enero de 2026 para permitir al Poder Ejecutivo diseñar el Presupuesto 2026, teniendo en cuenta esta reducción. En definitiva, el proyecto busca que los derechos de exportación dejen de existir, al considerar que se trata de «un impuesto regresivo que no afecta a todos los productores por igual, sino que afecta a los más pequeños».
Busca, además, que este instrumento sea regulado por una ley del Congreso «para darle a la producción reglas claras y que aquel que va a producir tenga la información y previsibilidad que tanto necesita». De todos modos, Giorgi justifica en ese sentido la reducción progresiva, al afirmar que «se debe mantener la sustentabilidad de la ecuación presupuestaria» y por eso se propone un esquema de reducción paulatino de 5 años, a iniciarse en el año 2026, en un 20% por cada año hasta lograr su eliminación total en el año 2031″.