Collboni: El gran reto hoy es garantizar el derecho a quedarse en la ciudad

José Ramón Mendaza, director de la Opinión de Málaga, lanza la bola. “La creciente importancia del Mediterráneo está fuertemente vinculada a sus ciudades”. Y Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, se la devuelve con gusto. “Si los alcaldes y alcaldesas gobernáramos el mundo, todo iría mejor”. El edil tira de humor para reivindicar lo muy conectados que están con el día a día de los ciudadanos él y los otros cuatro alcaldes con los que comparte mesa redonda en el II Foro Económico y Social del Mediterráneo. El de Málaga, Francisco de la Torre; la de Cartagena, Noelia Arroyo; la de Valencia, María José Catalá; y el de Palma, Jaime Martínez Llabrés.

Según el relato del líder municipal catalán, el principal reto del arco mediterráneo en general y de Barcelona en particular, es “garantizar el derecho a quedarse en la ciudad”. “Tenemos que garantizar que la gente que quiere vivir y trabajar en su ciudad, pueda hacerlo”, ha reivindicado Collboni, admitiendo que puede parecer una afirmación de sentido común, pero que no lo es tanto, visto como está el panorama.

Para lograrlo, ha continuado, cree que hay que actuar en sobre tres ejes. Uno, la creación de oportunidades (trabajar en atraer trabajadores pero, sobre todo, retener a los profesionales locales); dos, hacer de las ciudades sitios más habitables (calidad del espacio público, buen urbanismo, buenos servicios públicos, inventos para hacer más cómoda la vida en plena crisis climática…) y tres, y casi más importante, abordar de frente el problema con la vivienda.

Reunión «tensa» con Airbnb

“Estamos ante un fallo del mercado, que no provee un bien básico como es la vivienda para que la gente pueda vivir”, ha criticado Collboni, que ha aprovechado para sacar pecho de las medidas tomadas en su ciudad: un tope al alquiler en las zonas tensionadas que, según datos preliminares, ha logrado que los precios bajen un 8% en el último año o decidir no renovar ninguna licencia de piso turístico a partir de 2028. Esta semana mismo, el alcalde ha tenido una reunión que ha catalogado de “tensa” con Airbnb, contra la que ha disparado: “Las ciudades tenemos el derecho a elegir qué modelo de economía y de ciudad queremos, no lo tienen que decir las plataformas” 

El último ingrediente de su receta es la oferta. “Seguridad jurídica para que el sector privado invierta y haga vivienda, pero que se haga también vivienda pública”, ha zanjado, antes de abordar el último desafío, el del turismo. “El turismo bien gestionado, sano y como una conquista democrática es una cosa positiva, el turismo masificado no, no es bueno para las ciudades ni para los propios turistas«, ha cerrado Collboni, compartiendo, de nuevo, su estrategia: reconocer que una ciudad tiene una cierta capacidad, abordar el asunto de los cruceros de escala o una tasa turística que se ha convertido en la tercera fuente de ingresos para la ciudad.

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