La polilla Bogong (Agrotis infusa) utiliza las estrellas como brújula para recorrer largas distancias gracias a un “compás estelar”, durante su migración anual de hasta mil kilómetros. Es la primera vez que se demuestra este tipo de comportamiento en un invertebrado.
Un estudio publicado en Nature y liderado por un consorcio internacional de investigadores de la Universidad de Lund (Suecia), la Universidad Nacional de Australia (ANU) y la Universidad de Australia Meridional (UniSA), revela cómo las polillas Bogong combinan la ubicación de las constelaciones y la Vía Láctea con la información del campo magnético terrestre para orientarse hacia cuevas ubicadas en la cordillera de las Montañas Nevadas, donde permanecen en estado de letargo durante el verano australiano.
Neuronas especializadas
El hallazgo fue posible mediante un experimento en el cual se emplearon sofisticados simuladores de vuelo y registros neuronales en entornos libres de campos magnéticos. Cuando las polillas se enfrentaban a un cielo estrellado proyectado sin influencia magnética, volaban consistentemente en la dirección migratoria correspondiente: al sur en primavera y al norte en otoño.
Sin embargo, al invertir la disposición del cielo artificial en 180 grados, las polillas modificaban su rumbo en igual proporción, un dato que descarta la hipótesis en torno a que siguen simplemente la luz más brillante o patrones visuales elementales, de acuerdo a una nota de prensa.
Además, la investigación profundizó en la base neurológica de esta capacidad. Los científicos identificaron neuronas especializadas en regiones cerebrales implicadas en la orientación y el control motor, cuyas respuestas eléctricas alcanzaban su máxima actividad cuando la polilla se alineaba hacia el sur bajo el cielo estrellado. Esto sugiere que el cerebro de la polilla Bogong codifica patrones celestes de forma compleja, a un nivel que parecía imposible hasta hoy.
Tecnologías de navegación
Pero la navegación estelar no es el único recurso de estas polillas, según informa Nature. Cuando las estrellas quedan ocultas por las nubes, los insectos recurren únicamente al campo magnético terrestre, exhibiendo así un sistema de «doble brújula» que garantiza itinerarios fiables en condiciones cambiantes.
Referencia
Bogong moths use a stellar compass for long-distance navigation at night. David Dreyer et al. Nature (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-025-09135-3
Junto a la comprensión de uno de los mayores misterios migratorios de la naturaleza, ya que cada año se desplazan alrededor de cuatro millones de individuos, este descubrimiento abre nuevos caminos para el desarrollo de tecnologías de navegación en robótica y drones en entornos con poca luz, e inspira estrategias de conservación en un contexto de cambio climático y pérdida de hábitats.
Las poblaciones de polillas Bogong se han reducido en los últimos años, siendo catalogadas como especie vulnerable. Frente a esto, los investigadores enfatizan la necesidad de proteger tanto los corredores migratorios como la calidad de los cielos oscuros, de los cuales dependen estos invertebrados.