El calor llega antes y tampoco el invierno ya no es lo que era. En este nuevo contexto climático, los mosquitos encuentran las condiciones perfectas para instalarse: inviernos suaves, calor anticipado y algo de humedad son suficientes para que especies invasoras se propaguen por nuestro territorio. Con ellos llegan también enfermedades que hasta hace no mucho nos eran lejanas y ajenas a nosotros: dengue, chikungunya o fiebre del Nilo Occidental.
El entomólogo Roger Eritja, miembro de la plataforma de ciencia ciudadana Mosquito Alert, recuerda que, “en general, la combinación de calor suficiente y agua abundante es muy positiva para todos los mosquitos”, aunque cada especie tiene un comportamiento diferente. En el caso de los urbanos, como el mosquito tigre o el mosquito común, “su presencia está muy relacionada con el agua presente en pequeños recipientes en los domicilios”.
Mosquito tigre, que aprovecha el agua de los recipientes domésticos / Agencias
Una de las especies más peligrosas para el ser humano, por su capacidad de transmitir enfermedades graves, es el mosquito tigre y, precisamente, es también una de las que mayor expansión está presentando. “Podemos decir que, desde hace unos años, parece observarse una ampliación de su periodo de actividad hacia finales de otoño y principios de primavera, probablemente debido a lo benigno de las temperaturas”, afirma Eritja.
En estos momentos hay, aparte de las especies autóctonas, tres invasoras en España: el mosquito tigre, el mosquito de Japón y el mosquito de la fiebre amarilla. “Su territorio se va expandiendo, como buenas especies invasoras que son”, señala el experto, quien alerta de los peligros que entrañan estos intrusos en nuestro país.
Los más peligrosos
“Desde el punto de vista sanitario, son preocupantes el mosquito tigre y, especialmente, el mosquito de fiebre amarilla, por ser excelentes transmisores de dengue, chikungunya, zika y otros virus. Su presencia representa un riesgo en el momento en que llega una persona portadora de alguno de esos virus que haya podido adquirir en algún viaje tropical”, señala.
Son preocupantes el mosquito tigre y, especialmente, el mosquito de fiebre amarilla, por ser excelentes transmisores de dengue, chikungunya, zika y otros virus»
Las perspectivas para el futuro no son halagüeñas. El calentamiento global, que va a más, es campo abonado para los mosquitos, pues acelera su ciclo vital y amplía su periodo de actividad hacia la época más fría, además de impulsarlos hacia localidades más al norte o a mayor altitud.
Cómo distinguir el mosquito tigre del mosquito de fiebre amarilla / Mosquito Alert
Eso significa que el cambio climático, que no deja de ser un fenómeno de tropicalización en nuestras latitudes, “incremento los riesgos relativos a los mosquitos”. Ahora bien, si el calentamiento alcanzara un grado exagerado de intensidad, también resultaría perjudicial para estos insectos, pues “una fuerte subida de temperaturas les perjudica tanto como a los humanos”.
En todo caso, la situación actual, con un calentamiento progresivo pero aún no catastrófico para la vida, parece anticipar una mayor proliferación de mosquitos y los problemas que llevan aparejados.
Mosquito del Japón, otra especie preocupante / Agencias
Hay que tener en cuenta, matiza el entomólogo de Mosquito Alert, que “no es posible generalizar globalmente en mosquitos, puesto que hay más de 60 especies diferentes en España y la mayoría tiene conductas muy dispares. Si bien todas ellas necesitan calor, y agua para criar, las preferencias de cada especie por aguas concretas hacen imposible pronósticos globales. Si pensamos en mosquitos propios de humedales, se desarrollarán en proporción a su grado de inundación, pero sólo en primavera y otoño, que es cuando se suelen inundar. Si pensamos en mosquitos urbanos, como el mosquito tigre (Aedes albopictus) o el Mosquito común (Culex pipiens), su presencia estará muy relacionada con el agua presente en pequeños recipientes en los domicilios”.