Las universidades públicas y privadas de todo el país se encuentran en un punto de inflexión: hasta enero de 2027 tienen tiempo de avanzar con la implementación de planes de estudios organizados por créditos y no por horas de cursada.
Esa es la fecha en la que comenzará a regir el Sistema Argentino de Crédito Académicos Universitarios (Sacau), un formato similar al que se aplica en algunos países de Europa y en Estados Unidos, a través del cual, además de reconocer las horas cátedras cursadas, se tiene en cuenta también el tiempo autónomo que los estudiantes destinan para las materias.
En Córdoba, la Universidad Provincial (UPC) es pionera ante este nuevo desafío. Según adelanta la rectora, Julia Oliva Cúneo, todas las nuevas carreras que se presentarán durante este año para el proceso de acreditación nacional ya fueron diseñadas teniendo en cuenta el Sistema de Créditos.
“Estamos dando un paso muy importante para la modernización del sistema universitario y en observancia de las necesidades de las trayectorias estudiantiles, las potencialidades en materia de internacionalización y el fortalecimiento de las tasas de egreso”, indica la rectora.
“Además, nos permite garantizar la autonomía académica y la libertad de cátedra como pilares de la educación universitaria y encarar de una manera innovadora y flexible los cambios tecnológicos que se vienen”, agrega.
El secretario Académico de la UPC, Jorge Jaimez, explica: “El nuevo sistema favorece principalmente la trayectoria de los estudiantes, facilita el intercambio entre carreras dentro y fuera del país, así como el reconocimiento de títulos en otros países”.
La UPC trabaja en un proyecto de Innovación Pedagógica para adaptar la oferta académica al nuevo sistema. Por lo pronto, las carreras de validez nacional que ya forman parte de la propuesta de enseñanza de la Universidad, entrarán en un proceso de evaluación.
Dependiendo la carrera, si su plan de estudio lo permite, Jaimez explica que “entrarán en un proceso de evaluación para pasar al sistema de créditos”. En otros casos, se aprovechará la oportunidad para revisar y actualizar los planes de estudios para su adecuación.
“Como universidad, nos vamos a dar la oportunidad de repensar las carreras y darles mayor flexibilidad, mejor estructura académica y más peso tecnológico”, explica Jaimez.
La avanzada de la UPC es tal, que ya está en marcha la Tecnicatura Universitaria de Actividad Física, diseñada con el sistema de créditos.
Ese diseño se realizó siguiendo la intención de llevar el sistema universitario argentino hacia un formato más moderno de puntajes y equivalencias que tuvo su primer antecedente en octubre de 2023, cuando el ministro de Educación era Jaime Perczyk, y el presidente de la Nación, Alberto Fernández.
En 2024, el Consejo de Universidades (CU), que nuclea a los rectores de las casas de estudio públicas y privadas, definió avanzar con la implementación, aunque no había un real consenso de cómo se llevaría a cabo.
Recientemente, el Ministerio de Capital Humano desarchivó el proyecto y publicó la resolución que pone fecha de inicio: enero de 2027. Lo hizo en un contexto de conflicto con las universidades nacionales por el profundo desfinanciamiento.
La resolución que crea el Sacau define que un crédito es “la unidad de tiempo total de trabajo académico que dedican los/as estudiantes para alcanzar los objetivos formativos de cada una de las unidades y/o actividades curriculares que componen el plan de estudios”. Según el nuevo esquema, un crédito equivale a 30 horas de trabajo total del estudiante.
En el nuevo sistema, una materia de una carrera cualquiera (siempre que ya haya sido adaptada al sistema de créditos) pasará a tener “un valor numérico relativo”, explica Jaimez. Por ejemplo, 10 o 20 créditos. “Dentro de un mismo campo de conocimiento, los créditos son intercambiables, es decir, las carreras son más flexibles en cuanto al reconocimiento de saberes”, agrega.
Tal como fue concebida hace años, la idea de los créditos partió de la intención de que el sistema universitario debería ser más realista con respecto a los tiempos de cursada. De muchas carreras se dice que duran cinco años, pero son demasiados los casos de alumnos a quienes finalizar sus estudios les llevan seis, siete o más, dado ese plus de la ahora llamada “cursada autónoma”, fuera de la instancia de clase, propiamente dicha.
Con el nuevo sistema, las carreras se acortan en términos de interacción pedagógica, es decir, en la cantidad de horas que un estudiante está frente a un docente en el aula. Actualmente, una carrera de grado tiene 2600 horas de interacción pedagógica. Pero en esa medida no se contempla la cantidad de horas de trabajo que dedica una persona para poder terminar una carrera.
Con el nuevo sistema, las carreras tendrán 220 créditos (equivalentes a 2100 horas de interacción pedagógica), mientras que las de pregrado tendrán 120 créditos (1100 horas de interacción pedagógica).
“Podríamos decir que una carrera ahora va a tener algo así como 6 mil horas: 2100 de interacción pedagógica y el resto de esfuerzo del estudiante para terminar en 4 años”, sostiene Jaimez.
En esa línea, agrega: “Lo que se busca es que la duración teórica de las carreras tenga que ver con la duración real. Hoy el promedio de egreso por duración teórica en las universidades públicas no llega al 20 por ciento, por ejemplo, entran 100 y en el tiempo que está previsto egresan 20. Este sistema de alguna manera acorta las carreras”.