Las criptomonedas siguen abriéndose paso. Tras donar más de 170 millones de dólares a la campaña presidencial de Donald Trump y a políticos afines, la influyente criptoindustria logró que Estados Unidos aprobase el jueves sus primeras granes leyes favorables al sector y a los polémicos negocios familiares del presidente. El paquete incluye una medida que debilitará el poder de supervisión de la Comisión del Mercado de Valores, hasta ahora hostil con las empresas cripto, y otra pionera que regulará las llamadas stablecoins o monedas estables, un tipo de activo digital cada vez más popular y menos volátil que otros como Bitcoin porque su valor va ligado a una modena soberana como el dólar estadounidense.
La UE abre la puerta
La Unión Europea también está dando pasos en la misma dirección. Según adelantó el Financial Times a finales de junio, la Comisión Europea tiene previsto publicar unas directrices que permitirán tratar las stablecoins emitidas en el extranjero, principalmente en EEUU, como si fuesen emitidas dentro del bloque comunitario. A la práctica, eso permitirá a las criptoempresas lanzar conjuntamente tokens tanto en la UE como en terceros países.
El Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), en vigor desde el 30 de diciembre de 2024, está ayudando a normalizar el sector cripto al establecer garantías para los consumidores y una serie de obligaciones para los operadores, como contar con una licencia.
En referencia a las stablecoins, la pionera regulación europea fija estrictas normas que rigen su emisión —como requisitos de reservas y capital que deben mantenerse en bancos con sede en la UE— y garantiza que estas puedan cambiarse en cualquier momento por dinero fiduciario, cuyo valor es avalado por la confianza en la autoridad que lo emite. Aún no existen stablecoins oficialmente autorizadas bajo MiCA.
Las ‘stablecoins’ plantean riesgos para la política monetaria y la estabilidad financiera
Christine Lagarde
— Presidenta del Banco Central Europeo
«Los movimientos en EEUU derivarán en que Europa flexibilice su normativa, que hasta ahora ha sido muy restrictiva y limitante, y abre una oportunidad muy grande para bancos e instituciones financieras», explica Paula Pascual, directora ejecutiva del congreso MERGE Madrid y exresponsable de cripto y blockchain en Banco Santander.
Posibles riesgos
Sin embargo, la posición abrazada por el Ejecutivo de Ursula von der Leyen choca frontalmente con las advertencias del Banco Central Europeo de que estos activos podrían desestabilizar los bancos y la economía en períodos de volatilidad del mercado. «Plantean riesgos para la política monetaria y la estabilidad financiera, por tanto deben regirse por normas sólidas, especialmente cuando operan a través de fronteras internacionales», ha sugerido recientemente su presidenta, Christine Lagarde.
El BCE también ha alertado a Bruselas de que el cambio podría llevar a titulares de stablecoins extranjeros a solicitar reembolsos en la UE, tensar las reservas europeas y provocar un corralito, una retirada masiva de fondos de los bancos que, ante la falta de liquidez por responder a esas demandas, fuerza una inmovilización de los depósitos. «Los emisores pueden propagar las sacudidas a los bancos tradicionales (…) Se trata de poner el control remoto de las criptodivisas europeas en manos de los estadounidenses», ha alertado Andrea Resti, profesor de banca y finanzas en la Universidad Bocconi de Milán, en declaraciones a Politico. Este temor es compartido por legisladores europeos de distintas sensibilidades ideológicas.
La ley protege al inversor con más transparencia y control regulatorio (…), pero no creo que pueda eliminar completamente el riesgo de una corrida
Olivia López-Ibor
— Abogada especializada en criptomonedas y banca digital de López-Ibor DPM
No obstante, la Comisión defiende que el BCE tiene poder para bloquear a los emisores que planteen riesgos. Los expertos consultados tampoco se ponen de acuerdo sobre si la regulación será suficiente. «La MiCA ha puesto luz dentro del paraiso cripto para proteger al inversor con más transparencia y control regulatorio (…), pero aunque intenta cubrir cualquier casuística no creo que pueda eliminar completamente el riesgo de una corrida», valora Olivia López-Ibor, abogada de López-Ibor DPM.
Pascual discrepa y señala que no hay un «temor real» a que eso suceda. «Hay que ir caso a caso y fijar más restricciones para las stablecoins que provengan de regulaciones más laxas», indica. «El objetivo de la norma es precisamente evitar riesgos sistémicos de este tipo (…), así que si se aplica con rigor el resultado será un entorno más seguro y predecible», coinciden desde el proveedor de criptoservicios Bitpanda.
Un hombre estudia el fluctuante valor de varias criptomonedas. / El Periódico
Reforzar el dólar
Aunque la MiCA busca proteger la soberanía y autonomía monetaria de la UE, la decisión de la Comisión podría erosionar el peso internacional del euro, advierte el BCE. Más del 99% del volumen global de stablecoins se mueve en dólares. «Esta asimetría tiene consecuencias geopolíticas y monetarias. Emisores como Tether, por ejemplo, invierten sus reservas en deuda pública estadounidense, lo que no solo refuerza la liquidez en dólares, sino que contribuye activamente a financiar el déficit fiscal de EEUU», explica Rubén Ayuso, cogestor del fondo Criptomonedas de A&G Global Investors, que pide a Bruselas fomentar el desarrollo de stablecoins en euros.
Consciente de esa oportunidad, la administración Trump pretende utilizar el dominio de EEUU en el comercio electrónico y las redes sociales para promover la adopción de stablecoins y así «reforzar la supremacía» de su divisa, según ha explicitado el Secretario del Tesoro, Scott Bessent. Un reciente estudio encargado por el Parlamento Europeo ha denominado esta estrategia como «criptomercantilismo».
Más del 99% del volumen global de ‘stablecoins’ se mueve en dólares. Esa asimetría tiene consecuencias geopolíticas y monetarias
Rubén Ayuso
— Cogestor del fondo Criptomonedas de A&G Global Investors
Ignorando ese aviso, Bruselas maniobra ahora para actualizar las normas del mercado financiero y dar así cabida a las stablecoins, cada vez más populares. Actualmente, hay más de 260.000 millones de dólares de estos activos en circulación, según CoinMarketCap. El éxito de empresas emisoras como Circle —cuyas acciones se han revalorizado más de un 600% desde que salió a bolsa a principios de junio— ilustra un optimismo que ha llevado a analistas como Citibank a predecir que el mercado puede alcanzar un valor de entre 500.000 millones y hasta 3,7 billones en 2030.
Acople del sistema financiero
Ideadas en 1989, las criptomonedas nacieron como un proyecto libertario, descentralizado y desregulado con el que operar fuera del sistema financiero. «Lo que se necesita es un sistema de pago electrónico basado en pruebas criptográficas en lugar de en la confianza, que permita a dos partes realizar transacciones directamente sin necesidad de un tercero de confianza», reza el texto fundacional de Bitcoin, firmado en 2008 con el pseudónimo Satoshi Nakamoto.
Sin embargo, la realidad actual es otra. Gigantes financieros como PayPal, CaixaBank, BBVA o Banco Santander estudian lanzar sus propias criptomonedas estables, tendencia a la que su suman otras grandes compañías como Amazon o Walmart, mientras que otras como Visa y Mastercard están adaptando su infraestructura para aceptar pagos con este tipo de activo virtual. Si las criptomonedas «han venido para quedarse», como se repite desde la industria, el sistema también quiere sacar tajada.
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