La selección española sub-18 de baloncesto no baja el ritmo en el Europeo, y lo hace con sello cordobés. Guillermo del Pino, uno de los ejes del combinado nacional, volvió a brillar este jueves en los cuartos de final del torneo, donde el combinado dirigido por Marco Justo superó a Turquía por 77 a 54 en Belgrado. El jugador formado en el Coto Córdoba Club de Baloncesto aportó 12 puntos -máximo anotador con Platteeuw y Villar-, un rebote y tres asistencias, y resultó clave para sellar el billete a las semifinales, donde La Roja ya espera rival entre Serbia, la anfitriona, o Italia, precisamente el combinado al que Del Pino derrotó en la final del campeonato continental sub-16 de hace apenas dos años.
El papel del cordobés volvió a ser decisivo. Sacando partido de su buen juego interior y asociación, el base-escolta fue uno de los protagonistas de un triunfo que acerca al grupo a una nueva pelea por el oro europeo. Frente al combinado otomano, el cordobés volvió a despuntar entre otras figuras, mientras que por el lado turco destacó Basaran con 14 puntos.
Consolidado con la selección
Del Pino continúa así su particular idilio con la camiseta nacional, con la que ya fue campeón de Europa sub-16 en 2022, certamen en el que fue elegido MVP tras promediar 14,5 puntos y anotar 22 en la final. El pasado año, pese a un séptimo puesto con España en el Mundial sub-17, volvió a dejar destellos de su nivel con 11 puntos de media por encuentro. Su nombre figura ya en la élite de las generaciones de futuro en el baloncesto español, y esta nueva cita continental lo reafirma como una de las piezas más determinantes del combinado.
Y es que a sus 18 años -cumplidos en enero-, y con una madurez deportiva que parece ir siempre un paso por delante de su edad, Guillermo del Pino se prepara además para afrontar un nuevo salto en su carrera. La próxima temporada defenderá los colores de la Universidad de Maryland, una de las potencias del baloncesto universitario estadounidense, donde competirá en la exigente NCAA 1. Allí lo espera un contrato de seis cifras que lo convierte ya en el deportista cordobés menor de 19 años mejor pagado de la historia. Pero antes de cruzar el Atlántico, al cordobés aún le queda una misión por cumplir: volver a alcanzar la gloria con España.