El mercado tecnológico enfrenta una escasez alarmante de profesionales en programación, con la necesidad de cubrir entre 8 mil y 12 mil puestos vacantes a nivel global. Esta brecha entre la oferta educativa y la demanda laboral pone en evidencia no solo el desafío de formar suficientes técnicos, sino también la importancia de alinear la educación universitaria con las exigencias del mercado y la evolución de las tecnologías, de acuerdo a un informe.
La Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Buenos Aires (UTN BA) presentó sobre esta problemática el libro Codear, del director nacional de Servicios Digitales, Marcos Della Pitima. Estuvo a cargo de Juan Manuel Balestro, secretario de Vinculación Institucional de la UTN BA, y contó con la presencia de Juan José D’Alessandro, consejero directivo de la misma institución, que trabaja en Softech.
Este evento, además de reflejar la preocupación por la falta de profesionales, resaltó la importancia de la educación, principalmente en las universidades públicas, como pilar fundamental para resolver la brecha.
El sistema universitario argentino forma entre seiscientos y setecientos ingenieros en sistemas por año. Sin embargo, la demanda de profesionales en programación a nivel global es mucho mayor. Balestro mencionó que “el déficit es claro: con un total de egresados de alrededor de quinientos ingenieros en sistemas solo por parte de la UTN, se necesitarían más de 12 años para cubrir la demanda actual del mercado. Esto subraya la necesidad de ajustar nuestra oferta educativa a la velocidad con la que evoluciona la tecnología”.
Della Pitima enfatizó que, aunque hay un gran potencial en el mercado argentino, también existen grandes desafíos. “El mercado está lleno de oportunidades, pero también de contradicciones. Actualmente, el déficit se concentra en perfiles con experiencia. Esto deja fuera a quienes recién comienzan su carrera o aquellos con poca experiencia”, explicó. En este sentido, destacó que se debe construir un puente más sólido entre la educación, las empresas y los nuevos talentos para reducir esta brecha y aprovechar las oportunidades que ofrece la industria.
Un aspecto clave que se discutió durante la mesa redonda fue el valor de la educación pública. D’Alessandro (egresado de la UTN) reflexionó sobre cómo su formación en esa universidad no solo le permitió adquirir conocimientos técnicos, sino también desarrollar habilidades para enfrentarse a los retos del mundo laboral.
Para Della Pitima, el proceso de aprendizaje continuo y adaptación es fundamental. “La educación es una herramienta poderosa para el cambio social y económico. Si no logramos formar a más profesionales en programación, si no logramos crear un puente entre la universidad y la industria, corremos el riesgo de quedarnos atrás”, concluyó.