Dan Smith, director del Instituto para la Paz de Estocolmo: «China apoya a Rusia para complicar la vida a EEUU y Europa, pero persigue sus propios objetivos»

Dan Smith (Reino Unido, 1953) termina su mandato al frente del prestigioso Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) tras casi una década al frente. Con más de 30 años de trayectoria trabajando en temas de seguridad, conflictos y paz, ha visto cómo el panorama internacional se oscurecía tras el breve paréntesis de optimismo posterior a la Guerra Fría. El SIPRI es un referente mundial por su informe anual sobre proliferación nuclear, que año tras año revela cómo las grandes potencias se continúan armando, así como por rastrear el tráfico de armas hacia países como Israel. Durante su mandato ha seguido de cerca la escalada militar en Ucrania, Gaza, Sudán o Birmania. Ahora, al dejar su cargo, insiste en la necesidad de reducir la dependencia europea de Estados Unidos y en el papel que Asia ya está tomando a nivel global.

-¿Qué mundo deja atrás al terminar su mandato como director de SIPRI?

-Es un mundo más difícil. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca nos ha afectado, aunque no tanto por los recortes, ya que no dependemos de ellos, sino por el cambio de prioridades. Los gobiernos redirigen la ayuda al desarrollo hacia Ucrania y aumentan el gasto militar, lo que deja menos recursos para todo lo demás.

-¿Qué consecuencias tendrá este aumento del gasto militar?

-La presión se acumula lentamente. No se notará este año ni el próximo, pero hacia 2027 o 2028 los presupuestos mostrarán restricciones reales. Cada vez más, los gobiernos entienden seguridad como ampliar fuerzas armadas. Lo que me preocupa es lo superficial del debate: se fijan metas de gasto, como el 3,5% del PIB en la OTAN, sin analizar qué se necesita realmente ni cómo financiarlo. Con bajo crecimiento y alta deuda, las opciones son difíciles: subir impuestos, recortar servicios sociales o endeudarse más.

-¿Por qué ha vuelto la mentalidad de la Guerra Fría?

-Muchos dicen que es una respuesta necesaria a Rusia. Ignorar a Moscú sería ingenuo, pero la salida fácil ha sido armarse más. Desde la crisis financiera de 2009, el horizonte de seguridad se ha oscurecido. Ucrania y Gaza han reforzado la sensación de inseguridad. El recurso inmediato ha sido el nacionalismo defensivo: «fortaleza Europa» o el «Hagamos América grande otra vez» o Rusia defendiendo su patria. Pero esas respuestas suelen empeorar la inseguridad.

-¿Qué podría reducir esa inseguridad creciente?

-Primero, dejar de hacer estupideces. Evitar la retórica imprudente y los movimientos que escalan tensiones. Segundo, reconstruir canales de comunicación: líneas directas, aviso previo de maniobras, intercambios profesionales. En los años 70 se llamó distensión. Hoy es más difícil porque hay más actores, pero diálogo y disciplina siguen siendo esenciales.

-¿Estamos ante un nuevo orden mundial?

-Tras la Guerra Fría, Europa pudo haber avanzado hacia una mayor independencia de Washington, pero nunca ocurrió. Hoy su seguridad sigue dependiendo de EEUU, incluso cuando la confianza se ha debilitado. Las diferencias en Ucrania, Gaza, comercio y el cambio climático lo demuestran. El alivio con la elección de Biden fue breve: la política estadounidense sigue oscilando. Trump está de vuelta, Vance podría venir después. Si Europa no reduce su dependencia, seguirá expuesta a los vaivenes de Washington.

-¿Qué papel desempeña China?

-China lleva 30 años aumentando su gasto militar. Su arsenal nuclear pasó de unas 300 a unas 500 ojivas y podría alcanzar 1.000 hacia 2030. Su marina ya es la más grande del mundo. Ese esfuerzo refleja la ambición de Pekín de tener un peso político acorde a su poder económico. Al mismo tiempo, lidera en tecnologías verdes, domina el mercado de vehículos eléctricos e incluso facilitó la reconciliación entre Arabia Saudí e Irán. Pero también construye bases en el mar de China Meridional y choca con vecinos como Japón y países del sudeste asiático.

-¿Debe preocuparnos que China y Rusia hagan frente común?

-La idea de un eje sólido entre Rusia y China está exagerada. China apoya a Rusia en parte para complicar la vida a EEUU y Europa, pero persigue sus propios objetivos. Eso hace que el triángulo EEUU–Rusia–China sea más inestable que la vieja rivalidad bipolar. En control de armas, por ejemplo, la inclusión de China complica enormemente los acuerdos.

-¿Podría Europa convertirse en un cuarto polo?

En teoría sí. Una Europa más independiente podría alinearse a veces con EEUU o con China, generando un sistema más flexible. Pero tras 40 años, la UE no se ha convertido en una gran potencia unificada. Por ahora, la responsabilidad recae en potencias medias que colaboren para estabilizar el orden global.

-Desde el SIPRI, hacen un seguimiento de la la transferencia de armas a Israel. ¿Cómo valoran la situación en la región?

-La situación en Gaza es inaceptable. La represalia israelí tras octubre de 2023 fue desproporcionada e indiscriminada. El flujo de armas hacia Israel continúa, pero probablemente no cambie mucho el conflicto: cuenta con suministros estadounidenses fiables, reservas y capacidad industrial propia. A nivel regional, la escalada ya es visible en Líbano, Siria, Cisjordania e Irán.

Dan Smith, exdirector del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) / ONU

-¿Qué perspectivas de paz existen para Gaza?

-La estrategia israelí parece guiada tanto por la política interna como por la seguridad. Se centra en la destrucción sin un plan claro. La solución de dos Estados está bloqueada por los asentamientos, mientras que la integración plena haría inviable la democracia con la política actual. El conflicto parece cada vez más intratable.

-¿Qué es lo que más le preocupa y lo qué le da esperanza?

-A corto plazo, me preocupan las guerras en Ucrania, Gaza, Sudán y Myanmar. A largo plazo, la mayor amenaza es la crisis ambiental: si se debilitan los cimientos naturales, la inestabilidad es inevitable. Mi esperanza está en la creciente conciencia social: los hábitos están cambiando, las comunidades actúan y las energías renovables se expanden. Estas decisiones muestran que tanto individuos como gobiernos pueden marcar la diferencia.

Suscríbete para seguir leyendo

Más Noticias

Noticias
Relacionadas

Vélez y Central Córdoba van por la Supercopa en Rosario

La Supercopa Argentina tendrá un nuevo campeón este sábado.En...

Gasly seguirá en Alpine y Colapinto debe esperar la decisión del equipo

Durante el Gran Premio de Italia en Monza, Alpine...

Gasly seguirá en Alpine y Colapinto debe esperar la decisión del equipo

Durante el Gran Premio de Italia en Monza, Alpine...