“El ajuste no lo paga la gente de bien, lo pagan los delincuentes, lo paga la casta» repitió Javier Milei en varias entrevistas durante la campaña electoral, pero rápidamente esto cambió, la casta éramos nosotros. En su discurso de asunción como presidente ya anticipó lo que vendría, un ajuste contra la clase trabajadora.
En el discurso el presidente confesó “no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock. Naturalmente ello impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes” y así fue. En diciembre las primeras medidas del “caputazo” que incluyeron fuerte devaluación, suba de tarifas de los servicios públicos, despido de trabajadores estatales, congelamiento de planes Potenciar Trabajo, freno a la obra pública, entre otras, provocaron un salto de la inflación, y un deterioro de las condiciones de vida de las mayorías populares.
La economía se frenó lo que provocó una desaceleración de los elevados niveles de inflación, pero el poder de compra de los salarios, de las jubilaciones y de los programas sociales sigue sin recuperar lo perdido por la escalada de precios que provocaron las medidas anteriormente mencionadas. Es decir, baja la inflación, pero igual no se llega a fin de mes. Además, la caída de la actividad económica impactó en un aumento de la desocupación y la pobreza.
No todos perdieron. En el último año hubo un incremento de la desigualdad y se profundizó la transferencia de ingresos desde los asalariados al gran capital. En el primer semestre de este año los empresarios mejoraron su porción (Excedente de Explotación Bruto (EEB), una aproximación a la masa de ganancias de las empresas) de la torta de riqueza producida al 33% respecto al mismo período de 2023, mientras que la participación de la Remuneración al Trabajo Asalariado (RTA) cayó del 46,4 al 43,9% en la primera mitad de este año, según datos del Indec. Estos datos dejan a la vista qué clase social se lleva cada parte de riqueza social que generan las trabajadoras y trabajadores del país.
Meses eternos al final de los salarios y las jubilaciones
El presidente se jacta de repetir que “hay una fuerte recuperación de los salarios reales”, pero oculta el golpe que recibieron los salarios con la devaluación de diciembre. Según los últimos datos disponibles del Indec de septiembre, los salarios del conjunto de la clase trabajadora, formal e informal, perdieron un 16,6% en relación a noviembre de 2023.
En tanto, al interior de la clase trabajadora la pérdida es desigual y los trabajadores informales y públicos son los más afectados. En el sector privado formal los salarios se recuperaron a partir de abril, pero este aumento fue insuficiente. El poder adquisitivo de este sector se ubicó en septiembre un 1,5% por detrás de su nivel de noviembre de 2023. Este es el sector de la clase trabajadora mejor pago y que tiene paritarias. Sin embargo, perdió un 24,8% en relación a 2015 (septiembre 2024 versus octubre 2015).
En el sector público (de todos los niveles) el poder de compra del salario fue más fluctuante, pero no exhibió esa recuperación parcial que se dio en el sector privado: en septiembre, el sector público, mostró un derrumbe de 16,1% en relación a noviembre de 2023. La baja en relación a 2015 es de 40,6% (septiembre 2024 versus octubre 2015).
Por el rezago de cinco meses que tiene la estimación del componente del sector privado no registrado de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que se utiliza para el cálculo del salario, el poder adquisitivo del sector informal muestra una mejora en relación a noviembre de 2023. Sin embargo, el desplome del salario real para los trabajadores no registrados en septiembre fue de 49,7% en relación a octubre de 2016 (año en que comienza la serie del Indec).
Este deterioro del poder adquisitivo es lo que explica por qué aunque la inflación se desacelera no alcanzan los salarios para llegar a fin de mes. Luis Caputo encomendó al secretario de Trabajo Julio Cordero que las paritarias no superen el 3% mensual, así busca pisar los salarios y consolidar la pérdida. Es para destacar a los trabajadores aceiteros que luego de un paro de siete días que paralizó la producción agroexportadora del país, lograron romper el techo salarial. Este es el camino para enfrentar los planes de ajuste oficiales.
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Otro blanco del ataque de Milei y Caputo fueron las jubiladas y los jubilados, otro Gobierno más que usa de variable de ajuste a los adultos mayores. Milei cambió la forma de actualizar los haberes previsionales a través de un decreto, que estableció una actualización según la inflación desde julio. La trampa de la fórmula es que no recompuso el saqueo que provocó el salto de la inflación de diciembre. Luego el presidente vetó la nueva ley de movilidad previsional impulsada en el Congreso Nacional, que otorgaba a los jubilados un mínimo aumento: $17.000 mensuales por jubilada o jubilado que percibe el haber mínimo. El ajuste no fue exclusivo del gobierno, en el Congreso además de La Libertad Avanza, tanto el PRO como un sector de la UCR votaron para defender el veto de Milei. El presidente llamó “héroes” a los diputados que votaron a favor de mantener el ajuste a los jubilados, y lo celebraron con un asado en Olivos.
El resultado es que el poder de compra de las jubilaciones registra en promedio (11 meses) una caída real de 21% respecto del mismo período de 2023, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). La jubilación mínima en octubre fue de $314.320,56 (con bono incluido) mientras que la canasta de los jubilados, que elabora la Defensoría de la Tercera Edad de Ciudad de Buenos Aires, se ubicó en alrededor de $912.000. Es decir, que ese haber mínimo permite vivir solo diez días del mes. Al recorte de los haberes también se sumó una poda a la cobertura de medicamentos por parte del PAMI.
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El drama de los jubilados empeoró con Milei, pero no comenzó en los últimos meses. Según estimó La Izquierda Diario, entre 2015 y 2024, los haberes máximos perdieron un 51% de poder de compra, los haberes mínimos (sin bono) se desplomaron 47% en términos reales, en tanto que los haberes con bono perdieron 32% (octubre-2024 vs noviembre-2015). Hay un saqueo histórico a las jubilaciones.
El Gobierno también atacó a las organizaciones sociales, dejó de entregar los alimentos a los comedores y cortó los fondos. A raíz de una investigación periodística se conoció el acopio de alimentos y el ministerio de Capital Humano, cuya titular es Sandra Pettovello, dejó vencer toneladas de alimentos. Según datos de OPC, la partida de Potenciar Trabajo tuvo una caída real de 59,3% en los primeros once meses del año en relación al mismo período de 2023, en tanto el rubro Políticas Alimentarias tuvo un recorte real de 18,1%.
Milei ajusta a los sectores más vulnerables, así la pobreza escaló a 52,9% y alcanzó a 25 millones de personas en el primer semestre de 2024 (11,2 puntos más desde el segundo semestre de 2023), y hay 3 millones de personas que son indigentes, es decir que pasan hambre.
En este retroceso en las condiciones de vida de la clase trabajadora hubo cómplices y garantes del ajuste como el rol cómplice de las direcciones sindicales que negociaron incluso con el Gobierno como la reforma laboral y ahora ya se tomaron vacaciones al descartar un paro porque “no es el momento”.
El peronismo también hizo su aporte a la gobernabilidad, como los apoyos parlamentarios (peronismo provincial) que hubo a la Ley Bases, vetos en jubilaciones y financiamiento universitario, así como también el rol que jugó de contención para evitar la extensión de la resistencia al ajuste como pasó en los paros nacionales, las marchas universitarias y otras luchas en el país.
Motosierra o ajuste con otros modos, esa no es la cuestión
El presidente Javier Milei afirmó que seguirá “a full con la motosierra” y compartió una foto con todos los ministros y miembros de su equipo de Gobierno, y en el centro de la imagen, una motosierra. En tanto, sectores del peronismo señalan que era necesario un ajuste, o como reconoció el periodista Iván Schargrodsky que el programa económico de Massa se parecía más a lo que hizo Milei “un ajuste fiscal con caída del salario, pero con compensaciones sectoriales y sin despidos masivos”. En tanto, Cristina Fernández señaló en cartas e intervenciones estar a favor de privatizaciones, de reforma laboral, entre otras. Es decir, la música de Milei de seguir perdiendo derechos también es reproducida por la oposición. Por su parte, no hay matices entre el oficialismo ni en la oposición en profundizar el saqueo extractivista ni en continuar el pago de la deuda, o sea honrar una estafa.
La Izquierda propone otro rumbo, no queremos debatir por dónde pasa la motosierra o si el ajuste hay que hacerlo con otros modales. Este año hubo sectores que enfrentaron el ajuste de Milei como los estudiantes, los jubilados, trabajadores como aeronáuticos, aceiteros, docentes, por mencionar algunos, pero los dirigentes sindicales no se pusieron a la cabeza de organizarlas o unir estas peleas y fragmentaron cada demanda.
Hay que seguir en cada lucha, y pelear para organizarse desde abajo, unir las luchas y exigir a los dirigentes sindicales que terminen la tregua y convoquen a acciones de lucha para enfrentar la deep motosierra que quiere imponer el Gobierno.