Con críticas a los K y un doble mensaje, Victoria Villarruel formalizó la convocatoria a sesión del Senado para este jueves con la intención de tratar la suspensión o expulsión del senador Edgardo Kueider,quien está detenido en Paraguay al intentar ingresar junto a su secretaria con más de 200 mil dólares sin declarar.
Tras conocerse el decreto que convoca para mañana a las 11, Villarruel fundamentó su decisión de acceder al pedido de Unión por la Patria, asegurando que su intención es «no dilatar los tiempos». Y, además de calificar como «actos inmorales», los hechos que involucraron al senador entrerriano también hizo mención a «la hipocresía del kirchnerismo»,
Es la primera vez que la vicepresidenta opina abiertamente sobre lo ocurrido con el legislador de Unidad Federal que venía votando junto al Gobierno e incluso fue clave para trabar algunas ofensivas del kirchnerismo contra la política de Javier Milei.
Obviamente, la vicepresidenta abrió la puerta para saber qué posición tomará el cuerpo con el kirchnerista de paladar negro Oscar Parrili, quien será llevado a juicio por la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán, causa en la que también está acusada la ex presidenta Cristina Kirchner. Sin embargo no hizo mención a la situación de la camporista Anabel Fernández Sagasti, acusada por irregularidades en el manejo de fondos para viviendas.
Pero detrás de las declaraciones de Villarruel a través de su cuenta en X hay un doble juego porque destaca que «llegó la hora de sacar la mugre del Senado», pero para la sesión de este jueves incluyó un proyecto del libertario Ezquiel Atauche que promueve la suspensión de Kueider, que se extendería hasta el 1 de marzo según lo acordado entre los dialoguistas.
Además, tal como se presenta el temario de la sesión en un primer término se tratará el pedido de expulsión de Kueider impulsado por el bloque de Unión por la Patria, que lleva las firmas de José Mayans, Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio. Para avanzar con la medida se necesitan dos tercios de los presentes. Es decir que los K deben sumar a los dialoguistas o provinciales.
Los K no se bajan del pedido de expulsión porque claramente es una orden que viene de Cristina Kirchner quien apuesta a recuperar la banca que perdió en 2022 cuando Kueider y el correntino Carlos «Camau» Espínola rompieron con el bloque para armar Unidad Federal. Como bonus track, el kirchnerismo consigue echar al entrerriano sumaría a una propia: Stefanía Cora, una camporista de diálogo que ya es legisladora provincial.
Esa opción es la que quiere evitar el Gobierno en su necesidad de reducir el daño generado por la baja de Kueider y bloquea la posibilidad de que Unión por la Patria sume una nueva banca para pasar a 34 y quedar a sólo tres de tener el quórum.
Para eso, la vicepresidenta incluyó en segundo término el pedido de suspensión solicitado por Atauche, ya que si fracasa el intento de expulsión, el Gobierno meterá la suspensión y así dejará al kirchnerismo en una encerrona porque deberán acompañar para alcanzar los dos tercios o rechazarán para dejar sin sanción a Kueider.
Los K están confiados en que tendrán los votos para la expulsión, pero entre los dialoguistas las primeras opiniones fueron a favor de la suspensión, justamente, ante la incertidumbre de que el caso Kueider pueda ser utilizado como un antecedente en otras situaciones en la que un senador fuera denunciado ante la justicia.
Al declarar ante la justicia paraguaya, Kueider negó que el dinero le perteneciera, pero lo cierto es que el escándalo protagonizado en la Triple Frontera y la causa por enriquecimiento ilícito que se tramita en los tribunales de Entre Ríos lo dejaron contra las cuerdas. Incluso, el Partido Justicialista de su provincia ya avanzó con su expulsión y no se descarta que Cristina Kirchner vaya en el mismo sentido después de que asuma este miércoles la presidencia del PJ nacional.
En el entorno de Villarruel advirtieron que «se puede avanzar en la suspensión por cuestiones morales y éticas», pero también señalaron que esa «es una cuestión subjetiva y temporal porque lo que ahora es ético y moral antes no lo fue». La referencia tiene que ver con el tratamiento que el peronismo hizo del caso de José Alperovich, el ex senador por Tucumán que fue condenado por abuso sexual y que pudo terminar su mandato luego de recurrir durante años a licencias por 6 meses.
El Gobierno sigue con atención lo que ocurre en el Senado por con la baja de Kueider perderían un voto de la mayoría alcanzada en diciembre. Y a eso se suma la ausencia del radical Víctor Zimmermann, quien pidió licencia hasta el 28 de febrero tras sumarse al gobierno de Chaco.
Por ahora, el quórum parece estar garantizado, pero como ya dicen en el Senado: todo es minuto a minuto. Para la tarde esta prevista una reunión de bloque de la UCR con la intención de analizar la situación y definir cómo encararán la sesión de este jueves.