No está escrito en ningún lado, pero es lo que rige en la Legislatura de Córdoba: cada uno de los 70 legisladores cuenta con un cupo de fondos para gastos de “cortesía y homenaje”, con 10 banderas para entregar a escuelas o instituciones y con 11 pasajes aéreos de ida y vuelta a Buenos Aires, que pueden canjearse y ser usados para cortesía en caso de no ser utilizados.
La cuota anual para que cada legislador reparta en concepto de “cortesía” en 2024 fue de $ 1,7 millones. Se trata de recursos al margen de las dietas que conforman el salario de los legisladores.
Como se hizo público en los últimos días, la discrecionalidad de ese gasto es total mientras se presenten las correspondientes facturas: hay legisladores que compraron elementos deportivos para regalar, otros invirtieron en decenas de cajas navideñas, algunos colaboraron con entidades sociales y otros pagaron costosísimas comidas con esos recursos. En todos los casos, son gastos que define el propio legislador y que pagan todos los cordobeses.
Como ayer informó La Voz, los gastos en regalos, en donaciones y en comidas son multipartidarios, aunque hay grandes diferencias entre legisladores y también hay algunos pocos que no hicieron uso de esos recursos.
Los dos legisladores juecistas que en diciembre usaron recursos de “cortesía y homenaje” ayer informaron el destino de esas donaciones, que no figuraba en el portal de transparencia de la Provincia. Nancy Almada tuvo un reintegro de $ 685.850 y Juan Pablo Peirone recibió $ 958.440 de reintegro.
En el caso de Almada, los recursos solicitados fueron para la Fundación Crear Sonrisas, que compró un horno pizzero y una freidora para el comedor de la institución. En el caso de Peirone, los recursos fueron para la compra de ventiladores de techo de Apadim Río Tercero.
En 2024, la cuenta total de gastos rendidos por “cortesía y homenaje” sumó $ 253,4 millones. El presupuesto para 2025 es levemente superior, pero está muy lejos de haber sido actualizado por inflación.
10 banderas
De ese número, el año pasado más de $ 83 millones fueron a la compra de banderas, otra tradición legislativa cordobesa.
Cada legislador recibe 10 banderas para regalar: cuatro banderas de ceremonia (dos de Córdoba y dos de Argentina), cuatro banderas de flameo y dos de ceremonia para jardín de infantes, además de una base. Ayer algunos legisladores se quejaron porque antes eran 20 las banderas que tenían a disposición.
A principios de año, se realiza una subasta para adquirir esa cantidad de banderas, y hay otra tradición llamativa: año tras año gana la compulsa de precios la Casa de las Banderas, un taller de la ciudad de Córdoba que provee de las insignias patrias a lo largo de todo el año.
En 2014, los fondos en manos de los legisladores se incrementaron por una decisión acordada en noviembre pasado, cuando se resolvió que podrían canjear por recursos para “cortesía y homenaje” los pasajes de avión que provee la Legislatura a sus miembros.
Se trata de 11 pasajes de ida y vuelta a Buenos Aires para cada legislador, una práctica que atiende a las supuestas gestiones que los legisladores deben realizar ante el Congreso o el Gobierno nacional. Numerosos legisladores canjearon esos fondos y por esa razón el gasto en “cortesía y homenaje” se incrementó abruptamente en los últimos meses del año.
La discusión sobre los recursos de uso discrecional que están a disposición de los legisladores cordobeses fue judicializada por el dirigente del PRO Sebastián García Díaz, que realizó una presentación en contra de la vicegobernadora Myrian Prunotto.
Desde la Unicameral informaron que cada uno de los gastos que se pagaron en concepto de “cortesía y homenaje” cumplió con las exigencias legales, que consisten en la presentación de las facturas que acreditan el destino de los fondos. El control ético de esos gastos depende tan sólo de cada legislador.