El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, toma posesión del cargo este lunes 20 de enero. A partir de entonces, todo es una incógnita y habrá que esperar cuántas de sus promesas se hacen realidad, pero el líder republicano ya ha dejado ver a quiénes quiere tener de su lado… y quiénes serán vistos como un estorbo durante los próximos años.
Una foto fiel de ello es la lista de invitados para la ceremonia que tendrá lugar en Washington, donde Trump se verá rodeado de los líderes de la extrema derecha global. En lo que respecta a Europa, están invitados la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; la candidata a canciller de Alternativa para Alemania, Alice Weidel; el líder del partido de la Independencia británico, Nigel Farage; y el populista ultraconservador francés, Eric Zemmour.
¿Y de parte de España? No, no estará el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, sino el líder de Vox, Santiago Abascal, en su condición de presidente del grupo en la Eurocámara de Patriotas por Europa, el mismo al que pertenecen los partidos de Viktor Orbán, Marine Le Pen o Geert Wilders. Tampoco figura como invitada la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien mostró en la pasada legislatura su preferencia por el entonces presidente Joe Biden.
Las relaciones entre la Administración de Biden y Europa tampoco han pasado por sus mejores momentos —la idea de las subidas arancelarias al bloque comunitario fue ideado primero por el demócrata, aunque finalmente la decisión quedase congelada—, pero los primeros días de Trump ya han venido marcados por amenazas a Dinamarca sobre invadir Groenlandia, la subida general de los aranceles y el corte del suministro para la ayuda a Ucrania.
Mientras otros líderes en Europa ven el regreso de Trump con temor, Meloni lo ve como una oportunidad. La italiana vive un buen momento de popularidad en su país, reforzado por la liberación de la periodista italiana presa en Irán, Cecilia Sala. También en Bruselas, donde en los últimos meses se ha ganado una imagen menos beligerante que cuando llegó al poder.
Por eso, si hay alguien que estará en primera fila para tratar de reconducir las relaciones, será ella. La primera ministra italiana y líder del partido con orígenes neofascistas Hermanos de Italia ha sido desde el principio una de las fieles defensoras de Trump y presume además de mantener una excelente relación con el magnate tecnológico Elon Musk.
El pasado 5 de enero, Meloni realizó una visita sorpresa a la residencia de Trump en Mar-a-Lago, en Florida, un gesto que fue muy bien recibido por el futuro presidente de EEUU: “Estoy aquí con una mujer fantástica, la primera ministra de Italia. Ha tomado a Europa por asalto, y a todo el mundo, y justo estamos cenando esta noche”, afirmó el republicano, que aseguró mostrarse “emocionado”.
Tras aquel encuentro, el jefe de la delegación de Hermanos de Italia en el Parlamento Europeo declaró: “Con Giorgia Meloni, Italia finalmente ha encontrado el protagonismo que se merece. Y será, para los EEUU de Donald J. Trump, un socio fundamental y un puente imprescindible con Europa”.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán es, junto a Meloni, el único líder europeo invitado, pero, a diferencia de la primera, el líder del Fidesz húngaro se encuentra enfrentado a Bruselas y cuenta con pocos aliados.
El aliado de Trump en España será Santiago Abascal, que volverá a verse las caras con el magnate un año después. Días antes de la ceremonia de investidura, el líder de la ultraderecha española se ha reunido con dos asociaciones pro-Trump: el think tank Heritage Foundation y el Instituto Hudson.
El presidente de Vox, que inauguró la presidencia europea de Patriotas el pasado mes de noviembre, ha estado acompañado por Kinga Gal, vicepresidenta de Patriotas y del partido gobernante Fidesz; Hermann Tertsch, vicepresidente del Grupo Patriotas en el Parlamento Europeo y eurodiputado por Vox; y Jorge Martín Frías, director de la Fundación Disenso y asimismo eurodiputado por Vox.
Un acercamiento de Trump a una Meloni que gana peso en las instituciones europeas puede poner en peligro la ansiada “autonomía estratégica” de la que tanto se habla en Bruselas, pero la UE quiere evitar quemar todos los puentes de diálogo con uno de sus principales socios. La prioridad del bloque ahora mismo es tratar de convencer a Trump de poner fin a la guerra en Ucrania de una manera precipitada y sin garantías de paz.
El desenlace de la batalla judicial entre la UE y X y las injerencias de su dueño en la política europea también serán un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países. Países como España y Francia abogan por aplicar sanciones, mientras que Italia critica estas decisiones.
Por último, al igual que las amistades comienzan, pueden acabar igual de rápido si Trump decide cumplir con la política de “America First” y elevar los aranceles un 10% o 20% a Europa, algo que dejaría como damnificada también a Meloni: las exportaciones Made in Italy a EEUU en 2022 superaron los 68 millones de euros.