El exgobernador de Tucumán, José Alperovich, comenzó a declarar este lunes en el juicio por los abusos sexuales denunciados por su excolaboradora en la Cámara de Senadores y dijo que “es un juicio armado y orquestado”.
En su primera defensa ante la Justicia, Alperovich señaló: “Es un juicio armado y orquestado, con un móvil económico y político. No tengo dudas, mi idea es presentar la cara para esclarecer todo. Yo no abusé, es una mentira”.
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“Lo que me está pasando no se lo deseo ni a mi propio enemigo. Yo defiendo a las víctimas que tienen que ser defendidas, pero hace 5 años que yo estoy sufriendo por todos los medios de comunicación que dicen ´Alperovich violador´”.
El exgobernador tucumano dijo que la denuncia por abuso sexual le “cambió la vida” y agregó: “Me da bronca porque lo que estoy viviendo no se lo deseo ni al peor enemigo, es peor que la muerte. Soy un hombre muerto en vida, gracias a Dios tengo a mi familia, pero confío y vengo a dar la cara”.
Alperovich aclaró que no conocía a la denunciante, que “no tenía trato con ella” y que “nunca la había visto”. “Nunca nos tratamos de tío y sobrina, es duro decir abusó de su sobrina, la conocí recién a los 27 años, no la había visto antes”, señaló.
“Inventó todo para instalar el juicio”
“No hubo abuso ni señales de índole sexual. Ella era una chica de 27 años, hacía 10 días nos habíamos conocido. Los testigos la vieron feliz, bien. No lo entiendo. Dicen que intenté avanzar sobre ella y que me dijo que no. No la entiendo”, agregó.
El exgobernador remarcó que “esto está armado” porque la chica “hizo la denuncia en Buenos Aires para que tenga trascendencia” y se comparó con el caso de Juan Darthes: “Que casualidad que ella también dijo que yo le dije ‘mirá como me pones’”. “Eso posibilitó que durante cinco años la prensa me diga violín”, agregó.
En ese sentido, Alperovich declaró: “Lo que no me entra es que ella es una chica grande, que se fue de la casa a los 20 años, con personalidad. Si supuestamente intenté avanzar, ¿por qué no habló?”.
“Ella dice que fue abusada por mí 10 días antes de viajar a Buenos Aires, entonces ¿por qué vendría? Ella inventó todo para poder instalar el juicio”, añadió.
Con respecto al día del supuesto abuso, recordó: “Yo no la invité a dormir en mi departamento, ella eligió ir ahí. Me levanté a la mañana temprano, desayunamos e hicimos la caminata. Me bañé, me cambié y teníamos una reunión. Nada más”.
“Si abusé de ella, ¿por qué seguía trabajando conmigo?”
También se refirió a las denuncias sobre supuestas situaciones de acoso cuando viajaban al interior: “Salíamos dos o tres veces por día, pero nunca viajamos solos. Tratábamos de ir todos juntos”.
“Ese día que dice que abusé de ella en una visita arriba del auto, no fuimos en auto, fuimos en combi. También es mentira que yo la llevé una vez a lo de la abuela como ella declaró”, agregó.
En esa misma línea, planteó que dos de los supuestos testigos que tenía la denunciante “cuando declararon negaron todo y dijeron que no vieron nada”. “Hay algo que me hace ruido, si supuestamente abusé de ella en diciembre y también en febrero, ¿por qué seguía trabajando conmigo?”, añadió.
Alperovich dijo que “había una actitud amigable” con la denunciante porque “en una campaña política no podés estar maltratando ni retando a nadie”. “Siempre hubo una excelente relación, con ella y con todo el mundo, es mentira lo que escribió en la carta” remarcó.
“Según la carta, decía que se sentía atrapada con los custodios. En este mismo juicio salió que festejó el cumpleaños en la casa de sus padres, y los tres custodios la invitaron a su cumpleaños. Usted se da cuenta de que es una mentira, ¿quién iba a invitarla si supuestamente la tenían sumisa?”.
A su vez, el exjefe provincial dijo que la denunciante “se transformó en una persona de confianza” luego de la campaña electoral: “Necesitaba una mujer empoderada que sepa decir que sí y que no. Ella era una mujer muy importante en la campaña, manejaba todo, hasta el dinero”.
El acusado negó haber estado en paños menores frente a la denunciante y deslizó: “No es casualidad que haya borrado casi todos los mensajes del día de los supuestos hechos”.
En esa misma línea, acusó a la joven de presentar pruebas falsas: “Mostró una foto diciendo que estuvo en una casa donde hicimos una visita en el Corte (lugar en el que ocurrió otro supuesto abuso), pero no estuvo. Si uno quiere abusar va solo, no lleva a un custodio”.
“Siempre hemos tenido buen trato, si había algún error lo marcaba, pero nunca hubo maltrato público ni privado. Alguna correción pudo haber sido, pero sino no se puede trabajar si puteas a la gente”, señaló.
“Hay un móvil político”
Luego, le consultaron por la expareja de la denunciante. “Lo metí porque no tenía trabajo y llegó a ser concejal. Todos quieren estar en la política, él quería ser intendente y ella quería ser candidata a legisladora, pero no nos estaba yendo bien. El día que armé la lista (no los incluyó) empezó todo, desde ahí ella ya no era la misma y él ya no me hablaba”, sostuvo.
“Me dijo que él era muy celoso, la celaba conmigo. Un día le dije a ella que para trabajar tenía que estar bien con su pareja, sino no me servía. Tenían una relación enfermiza, no era normal. Escuché que la hacía dormir en el piso, que la celaba, que la aleccionaba y la trataba como perro”, aseguró.
Luego, contó que el día que renunció, la joven le dijo que se iba porque “estaba cansada”. “Yo le dije se fuera, que no me dejara solo. A mí me agarró una bronca porque faltaban 15 días para el cierre. Para mí hay un móvil político. Esto empieza el día que se arma la lista. Empapelaron todo Tucumán, Córdoba, Mar del Plata, eso no es gratis. ¿Quien contrató a los abogados? No tengo duda que esto fue un movil politico armado”, agregó.
Del mismo modo, dijo que fue víctima de una extorsión por parte de la denunciante, y que le pidió plata para no escracharlo públicamente.
“Días antes de la denuncia, se juntaron el papá de la denunciante con mi yerno. El papá le dijo que quería hacer unas cabañas en México. Me extorsionaron con 5 millones de dólares para poder arreglar este juicio para hacer esa cabaña. No pudimos hacer una denuncia porque no teníamos pruebas. Yo no acepté, pero no pude denunciar esa extorsión. Nunca me imaginé que me iba a hacer una denuncia, yo confiaba en ella. Yo si me entero que alguien abusó de mi hija lo mato, cómo voy a querer negociar, para mí el padre no le creía”, indicó.
Las pruebas que Alperovich negó
Luego del cuarto intermedio, a Alperovich le mostraron algunos de los mensajes que le envió él a la supuesta víctima. El primero de ellos decía “mi vida, podés ser más cariñosa” y el exgobernador respondió: “Fue sacado sin una lectura previa”.
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Con respecto a otro mensaje que decía “te voy a proteger siempre”, explicó: “Ella me dijo que defienda el trabajo, y yo le dije te voy a proteger siempre. Así que le conseguí un trabajo en el senado, no la iba a dejar en bolas, ese era el sentido”.
Más adelante, se mostraron mensajes que lo complican aún más al exgobernador tucumano. “Sos mi dueña”, decía uno de ellos. Ante la prueba presentada, Alperovich contestó: “Ella me cambia los horario de la agenda y yo le contesté que era dueña de manejar todo”
“Te amo mucho, por qué te cerrás tanto”, decía otro de los mensajes que le mostraron. Sin embargo, desconoció totalmente ese comentario: “Yo no escribí eso, no uso esa palabra. No está en los mensajes que recuperó la policía, es solo una captura”
En ese sentido, la acusó: “¿Cómo sé que no está editado ese mensaje? Ella borró casi todos, no me puedo hacer cargo de cosas que no sé. 18 meses trabajó ella conmigo, supuestamente nueve abusos sufrió. Mire los mensajes que mandó, mostrandome como un depravado, pero todo tiene una explicación. Tengo casi 70 años, soy de una epoca distitna, puedo hacer algún chiste, pero no soy depravado, ni un loquito que puede decir cualquier cosa”.
Luego, negó que haya “una asimetría de poder” entre él y la supuesta víctima: “Era la número 2 mía, manejaba millones de pesos y nadie la controlaba. Estaba empoderada. Era parte de la mesa chica. Hablan de una asimetría de poder, pero ella era la que los tenía cagan… a todos”.
Bajo una lluvia de insultos y pedidos de justicia, el acusado llegó pasadas las 10 de la mañana a la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal N°29, a cargo del juez Juan María Ramos Padilla. El interrogatorio será conducido por el fiscal Sandro Abraldes y los representantes de la querella, seguido por su defensor, Augusto Garrido.
El 10 de junio es la fecha estipulada para que comiencen los alegatos de clausura y después se conocerá el veredicto del juez. Si llega a ser considerado culpable, podría recibir una pena de hasta 15 años de cárcel.
El juicio arrancó a principios de febrero. Por ese entonces la defensa alegó que se trataba de una “denuncia falsa orquestada para acabar con su carrera política”. El exsenador se abstuvo de declarar en esa instancia, pero prometió hacerlo al final del debate.
Ese día, Alperovich llegó a la sala de audiencias acompañado por sus cuatro hijos, negó haber abusado de la joven y aseguró: “Con todo el respeto que le tengo al Poder Judicial, le pido que preste atención a las pruebas. Tengo 68 años, once nietos, cuatro hijos. Quiero la verdad porque esto me mató”.
Cuáles son los delitos que le imputan al exsenador José Alperovich
Alperovich está siendo juzgado por seis casos de violencia sexual agravada por acceso carnal, y por haber cometido al menos tres hechos de abuso sexual, dos de ellos en grado de tentativa. Esto surge de la investigación judicial que se inició en 2019, cuando la joven decidió hacer la denuncia.
“Denunciar fue liberarme. Hoy celebro y reconozco en ese difícil proceso el bienestar y la mejoría que cada día experimento y me confirman que callar no es para mí nunca más una opción de vida”, expresó la chica en un comunicado.
Según consta en el expediente, los ataques habrían ocurrido entre 2017 y 2018, en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán. La víctima declaró que todo sucedió mientras trabajaba como asistente de Alperovich en el Senado de la Nación.
La chica detalló que los presuntos abusos se produjeron en Tucumán y en un departamento del barrio porteño de Puerto Madero. Tras una investigación que llevó cinco años, la fiscalía consideró que “en todos los casos, mediando para su comisión intimidación”, el exsenador “abusó de una relación de dependencia, de poder y de autoridad”.
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En la investigación intervinieron la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°10 de la Capital Federal, interinamente a cargo del fiscal Santiago Vismara, y la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), que dirige Mariela Labozzetta.
Las pruebas que la fiscalía considera en contra de Alperovich son las pericias psicológicas, pero sobre todo las declaraciones de la ginecóloga de la víctima. La médica confirmó los dichos de la denunciante, ya que la atendió en seis oportunidades. En su testimonial, reveló las lesiones vaginales que descubrió durante una consulta en 2018, fecha coincidente con el hecho más violento relatado por la colaboradora del exgobernador tucumano.
De acuerdo a la documentación que obra en el expediente, la denunciante le contó meses más tarde que aquellas lesiones fueron producto de los abusos sexuales provocados por alguien de su entorno familiar y laboral. Específicamente, asegura la profesional, la joven le dijo que el atacante era su jefe.
“Quedó comprobado cómo el imputado, utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses”, señaló la acusación fiscal.
En 2022, el juez Osvaldo Rappa procesó a Alperovich por los delitos denunciados y consideró que se cometieron “mediando abuso de poder y autoridad”. El magistrado remarcó en su procesamiento que la víctima sufrió un “sometimiento sexual ultrajante”.