Una sonrisa inocente y una mirada llena de ilusiones que le arrebataron para siempre de una manera salvaje. Kim Gómez tenía 7 años. Era una nena alegre y activa que realizaba actividades físicas en un club cercano a su hogar.
Solía ir con su familia para ver a su hermano de 10 años jugar al fútbol en el Club Real Infantil, donde disfrutaba compartir momentos con sus seres queridos.
Su padre Marcos Gómez, quebrado por el dolor, contó que era una niña responsable, ordenada y muy sociable. Tenía muchos amigos y siempre mostraba una actitud amable y solidaria con quienes la rodeaban. «Era la hija perfecta«, resumió.
Sus padres la habían anotado en clases de gimnasia no solo para que realizara actividad física, sino también para que pudiera relacionarse con otras personas en un entorno distinto.
«La llevábamos a gimnasia porque le gustaba, por la zona, para que se críe en un ambiente diferente, para que sueñe», resumió Marcos.
Kim tenía muchos sueños y sus seres queridos la apoyaban en cada paso, alentándola a descubrir sus pasiones y desarrollar nuevas habilidades. Su familia la describe como una niña llena de amor y ordenada, con ganas de aprender y disfrutar.
Este martes, su mamá la llevó a la clase de gimnasia rítmica. Al salir, pasadas las 20, cuando se detuvieron con el Fiat Palio en la esquina de 25 y 72, en el barrio Altos de San Lorenzo, de La Plata, por el semáforo en rojo, dos ladrones de 14 y 17 años bajaron del auto por la fuerza a su mamá, Florencia Barboza.
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Así escapaban los ladrones que mataron a una nena de 7 años
Luego escaparon con el vehículo. En 22 y 72 intentaron arrojar por la ventanilla a la nena, pero quedó enganchada por el cinturón de seguridad y los asesinos la arrastraron durante 15 cuadras hasta que perdieron el control. Fue una muerte horrorosa.
«El Club Real Infantil acompaña a los familiares de Kim Gómez en este momento tan doloroso. Esperamos una pronta justicia”, posteó la institución donde su hermanito juega al fútbol.
Marcos y Florencia están separados, pero tienen buena relación.
“No me quiero imaginar lo que debe sentir Flor y lo que le pasaba por la cabeza en ese momento, cuando iba persiguiendo a su hija mientras la iban arrastrando”, dijo a Clarín una conocida del club.
La mujer contó que uno de los sospechosos había asaltado a su hijo. «Yo hice una denuncia porque le quiso robar a mi hijo y como era menor no hicieron nada, lo amenazó y le tiró una puñalada. Si no tenía la mochila, hoy también estaría llorando a mi hijo, este tendría que estar en cana”, advirtió.
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El dramático momento en que la mamá de Kim Gómez corría el auto donde iba su hija.
Una testigo relató que el Palio quedó encajado en una zanja en la esquina de las calles 28 y 83, «un lugar lleno de escombros y basura, casi como un basural”.
“Todo sucedió en cuestión de segundos. De repente, apareció una camioneta azul que traía a la madre de Kim. En ese momento, no sabíamos quién era el conductor o si tenía alguna relación con el choque del auto. Pero entonces escuchamos su grito desesperado: ‘¡Mi hija está en el auto, mi hija está en el auto!’«, expresó.
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El llanto del padre de Kim: «¿Qué mierda está pasando con nosotros? Nos rompieron»
De inmediato, la hija de la testigo comenzó a llamar a la ambulancia, a los bomberos y a la Policía. En pocos minutos, las fuerzas de seguridad y los equipos de emergencia comenzaron a llegar.
“Lo que jamás imaginamos era la cruel realidad: aquellos delincuentes habían estado arrastrándola por toda la calle”, indicó la testigo.
Un recorrido estremecedor
Marcos y su hermano Nicolás hicieron el mismo recorrido de los delincuentes, caminando, buscando alguna pertenencia de la víctima, pidiendo a los vecinos imágenes de las cámaras de seguridad. Se abrazaron, lloraron. Los rastros de la nena quedaron en el trayecto.
Otra vecina de la zona, que es comerciante, comentó a Clarín: «Mi hijo y su amiguito quedaron aterrorizados. El nene también entró en shock porque, si esto pasaba dos segundos antes, capaz que lo chocaban a él, porque venía por esa misma cuadra».
«Cuando llegué, me contó todo lo que pasó. Yo no quise acercarme, pero él y su amigo sí. Me dijeron que la vieron atrapada en el guardabarros del auto, que había pelo tirado, sangre, incluso parte del cuero cabelludo», señaló.
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Héctor, el padre de Tobías, uno de los menores que asesinaron a Kim, explicó por qué decidió entregar a la Policía a su hijo.
Es una zona donde no hay luz, son dos cuadras completamente oscuras por la noche.
De acuerdo al informe preliminar de la autopsia, la niña sufrió lesiones traumáticas, fracturas múltiples y lesiones por arrastre. La investigación está a cargo de la fiscal Carmen Ibarra.
Maestría Clarín / Universidad de San Andrés
EMJ