Carta 1) Diez de copas; plenitud. Hogar. Familia. Unión. Alegría. Sentimientos.
Carta 2) Ocho de bastos: comunicaciones rápidas. Acciones focalizadas. Mensajes.
Carta 3) Diez de espadas: fin de un ciclo doloroso. Sufrimiento grande. Victimización. Inicios.
Mensaje final:
Siempre que llovió paró, dice un refrán conocido.A nadie que esté en sus cabales le gusta sufrir, sin embargo la alegría y el dolor son parte de la vida. Cuando se están atravesando situaciones dolorosas se experimenta la sensación que de ese dolor tan fuerte no se va a lograr salir y para algunas personas la tendencia es darse por vencidas, tal vez de alguna manera, victimizarse y quejarse, sin otra reacción más que permanecer en el subsuelo en el que el dolor las ha sumido. El tarot resalta como carta central, el ocho de bastos, una carta de tomar acción, los bastos son acciones, y en este caso acciones rápidas, decididas y muy focalizadas en un objetivo, un sueño, un deseo de la persona. Hay que ponerse de pie gente, volverse a parar, levantarse aunque cueste, el diez de espadas habla de sufrimiento, de una noche oscura del alma, más no se puede tener, pero también dice que viene un comienzo maravilloso si la persona hace cosas para ello, genera acciones, se comunica, habla, dice lo que le pasa, lo que necesita, lo que quiere. Claro está que tirada en el suelo nada bueno obtendrá. Hay que renacer de las cenizas como el ave fénix e ir detrás de un sueño, un objetivo, una meta. El primer paso es volverse a parar, el segundo comunicarse, hablar y el tercero es el deseo. Es confiar en el sueño y dejarse guiar por él. Creer que el sueño es posible, y por lo que dicen las cartas, en este caso, es un sueño de felicidad, unión y amor para el que se abrirán muchas posibilidades, pero es necesario buscarlas con voluntad y perseverancia. Vale la pena intentar una y mil veces, si lo que se persigue es la felicidad.