Que Estados Unidos no es un mediador imparcial en el conflicto entre israelíes y palestinos, es un hecho consabido desde hace décadas. Pero los acontecimientos de los últimos días están llevando esa máxima a nuevas cotas. En contra de los términos del alto el fuego negociado por sus propios subordinados, el presidente Donald Trump ha lanzado este jueves un ultimátum a Hamás para que libere inmediatamente a los rehenes que siguen vivos en Gaza y devuelva los cuerpos de los fallecidos. De otro modo, “se ha acabado para vosotros”, ha escrito en su red social. Pero la cosa no ha quedado ahí porque Trump ha extendido sus amenazas a la población de la Franja, la misma que aspira a expulsar a los países vecinos para apoderarse de sus tierras. “Al pueblo de Gaza: os espera un hermoso futuro a menos que mantengáis retenidos a los rehenes. Si lo hacéis, estáis muertos”, ha añadido con tintes genocidas.
Las palabras del líder estadounidense llegan en un momento de máxima incertidumbre sobre la continuidad del alto el fuego en Gaza. Las negociaciones para dar paso a la segunda fase de la tregua, que contempla la retirada total de las tropas israelíes del enclave y la liberación de los 59 rehenes restantes para cerrar definitivamente la guerra, siguen sin dar frutos. Aunque fuentes egipcias han asegurado al diario israelí ‘Haaretz’, que los últimos contactos entre los líderes de Hamás y los mediadores de EEUU, Qatar y Egipto concluyeron de forma positiva. El principal obstáculo son las reticencias israelíes para abandonar completamente de Gaza y dar por cerrada su campaña militar, como han reiterado estos últimos días altos cargos del Gobierno de Binyamín Netanyahu.
Su intención es cambiar los términos de la tregua, una misión que cuenta con el respaldo aparente de la Casa Blanca, pese al papel decisivo que jugaron sus asesores para imponérsela a las partes el pasado 19 de febrero. Como parte de esos esfuerzos, el enviado especial de Trump a la región, Steve Witkoff, presentó la semana pasada una propuesta alternativa. Contempla una extensión del alto el fuego durante otros 50 días, en los que Hamás debería liberar a la mitad de los rehenes en su poder sin que Israel tenga que retirarse de Gaza. Un concepto rechazado por los islamistas palestinos, que han acusado a Washington y Tel Aviv de “manipular” los términos del alto el fuego.
Presión sobre Hamás
Nada de eso ha impedido que ambas capitales estén recurriendo a la coacción para tratar de obligar a Hamás a aceptar el plan de Witkoff. “Estoy enviando a Israel todo lo necesario para acabar el trabajo. Ni un solo miembro de Hamás estará seguro si no hace como yo digo”, escribió Trump en Truth Social esta pasada madrugada. “Me acabo de reunir con vuestros antiguos rehenes, cuyas vidas habéis destruido. Es la última advertencia”, añadió antes de pedirle al liderazgo de la organización armada que se marche de Gaza.
En el caso de Israel hay más que palabras. Su Gobierno impuso el pasado domingo un bloqueo total de la Franja tras las seis semanas iniciales de la implementación del acuerdo, en las que aumentó la entrada de ayuda humanitaria en el enclave como estipulaba el acuerdo. Ahora nuevamente no entra nada: ni comida, agua, medicinas o combustible.
Protestas europeas
El nuevo cerrojo israelí ha reactivado las las alarmas en Naciones Unidas y algunas cancillerías occidentales, que describen la situación en Gaza como “catastrófica” tras 15 meses de brutales bombardeos. “Llamamos al Gobierno de Israel a cumplir con sus obligaciones internacionales para permitir la provisión completa, rápida, segura y sin obstáculos de ayuda humanitaria a la población de Gaza”, aseguran los gobiernos de Francia, Alemania y Gran Bretaña en un comunicado conjunto. Sudáfrica, que ha denunciado a Israel por genocidio ante los tribunales internacionales, fue más allá al acusar al Estado judío de emplear el hambre como arma de guerra, lo que constituye un crimen de guerra.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha advertido que solo cuenta con dos semanas de provisiones mantener abiertos sus comedores sociales y panaderías. Desde UNICEF, por su parte, se ha señalado que el bloqueo tendrá “consecuencias devastadoras” sobre los niños del enclave, las principales víctimas de la campaña militar israelí, que ha matado a más de 55.000 personas y ha herido a más de 100.000. Y es que las restricciones afectan también a la entrada de vacunas y ventiladores para las incubadoras de los bebés prematuros. “Sin ellos, las campañas rutinarias de vacunación se detendrán completamente”, ha dicho su portavoz, Rosalia Bollen.