El nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra, ha activado una revolución en el apenas mes y medio que lleva en el grupo. Ha anunciado la apertura de un proceso de revisión de la estrategia de la compañía, ha impulsado cambios en su consejo de administración y también ha dado un vuelco interno profundo con un aluvión de cambios en la alta dirección. Telefónica cierra un etapa y se prepara para una nueva era.
Los relevos afectan a lo más alto de la alta dirección, con el nombramiento de Emilio Gayo como nuevo consejero delegado de la compañía con poderes reforzados, pero también hay otros movimientos de calado en los mandos de negocios clave como la mayor filial Telefónica España, el negocio de televisión de Movistar+, la tecnológica Telefónica Tech o en el área digital. Para ejecutar algunos de esos cambios clave en el consejo de administración y en su comité de dirección, el presidente de Telefónica ha recurrido a fichajes de personas de confianza procedentes de su antigua casa.
Murtra, hasta su desembarco en Telefónica a mediados de enero, ocupaba la presidencia del grupo tecnológico y de defensa Indra. Y ahora la teleco ha cerrado el fichaje de tres pesos pesados de Indra para reforzar su consejo y su alta dirección. Telefónica ya anunció la pasada semana la entrada en su consejo de administración como consejera independiente a Ana María Sala de Andrés, que hasta ahora era la secretaria del consejo de administración de Indra.
Y este jueves la operadora también ha confirmado el nombramiento como nuevo presidente de Telefónica España de Borja Ochoa, que era hasta ahora director general del área de defensa y seguridad de Indra y en la que también también fue director general del área tecnológica Minsait y también fue CEO de la filial Minsait Payments. La teleco ha elegido como nueva responsable de su gran división tecnológica Telefónica Tech a Sofía Collado, que era la directora general de recursos humanos de Indra.
Telefónica e Indra tienen ambos al Gobierno como uno de sus grandes accionistas, a través del holding estatal SEPI. El Estado español compró el año pasado un 10% de la teleco en respuesta a la inesperada irrupción en el accionariado de Arabia Saudí (también con un 10%). Y SEPI es también el mayor accionista de Indra desde hace años, con un 28%, como parte de la estrategia del Ejecutivo de impulsar la creación de un nuevo campeón nacional en el sector de defensa.
Indra quita hierro a las salidas
Después de que Telefónica confirmara los cambios en su cúpula y los nuevos fichajes, la propia Indra comunicó a la CNMV que su nuevo presidente, Ángel Escribano, y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, trabajan en una “nueva organización” para la compañía, pero de momento no tiene sustitutos para cubrir los huecos que dejan los tres directivos.
Indra Group subrayó, en todo caso, que “tanto estas salidas como las nuevas incorporaciones”, aún no definidas y que se concretarán próximamente, responden a la nueva estrategia aún más ambiciosa que prepara la compañía para disparar sus objetivos de expansión para 2030. Indra trata así de quitar hierro a la pérdida de sus tres directivos a pesar de encontrarse en un momento clave, en pleno ‘boom’ del sector de defensa por el escenario geopolítico actual y con los presupuestos públicos en este campo al alza (también los del Gobierno español) en mitad de las tensiones internacionales crecientes y en plena reconfiguración de los bloques entre las potencias globales.
Indra Group lanzó hace apenas un año un plan de futuro para impulsar su crecimiento, con el foco puesto en convertirse en un gigante del negocio de defensa y espacial mediante compras de compañías. Tras las adquisiciones de los últimos meses de TESS, Deimos y el acuerdo para tomar el control del grupo de satélites de Hispasat, la compañía ha adelantado todos sus objetivos y pretende sus aspiraciones de expansión.
El grupo había planteado como parte de su plan estratégico alcanzar los 10.000 millones de facturación en 2030. El nuevo presidente de Indra, Ángel Escribano, desveló la pasada semana que las previsiones de la compañía pasan ahora por alcanzar esa meta con dos años de antelación, ya en 2028, y lanzar entonces un nuevo plan estratégico con una meta aún mucha más ambiciosa: cuadruplicar su tamaño actual y alcanzar ingresos por 20.000 millones dentro de una década.
“Haremos otro plan en 2028 para ser un player de 20.000 millones en 2035 y ser así un gran actor de verdad en la industria de defensa”, subrayó Escribano en un encuentro con analistas y medios de comunicación con motivo de la presentación de los resultados financieros de 2024, que ya muestran un crecimiento más acelerado del previsto: la compañía registró el año pasado un beneficio neto récord de 278 millones de euros, un 35% más, y alcanzó una facturación de 4.843 millones, un 11,5% más.
“Tenemos el viento a favor por la situación geopolítica actual. Los presupuestos de defensa están creciendo y por eso somos optimistas. Queremos hacer de esta empresa la gran empresa que nos merecemos”, dijo Escribano. El plan vigente, diseñado bajo la presidencia del grupo de Marc Murtra, “no es anticuado”, matizó el nuevo primer ejecutivo, “pero es una suerte el momento que vivimos en este sector y por eso creemos que lo podemos acelerar”.
Telefónica: nueva cúpula para una nueva era
El recién estrenado presidente de Telefónica -fue nombrado hace apenas mes y medio- crea ahora un nuevo equipo poniendo fin definitivo a la etapa de su antecesor, José María Álvarez-Pallete, que salió tras una destitución exprés el pasado enero en un movimiento impulsado por el Gobierno (ahora en el accionariado de la compañía con un 10% del capital a través del holding estatal SEPI) y respaldado por Criteria, el brazo inversor de la Fundación la Caixa (con otro 10%), y por Saudi Telecom (STC), la operadora controlada por el Estado de Arabia Saudí (con un 9,97%).
Murtra empieza a conformar un nuevo ‘núcleo duro’ de la alta dirección para encarar el giro estratégico que la compañía ha anunciado para adaptarse a los cambios del sector y afrontar la ola de fusiones que se anticipa entre las telecos europeas. Telefónica ha puesto en marcha una “revisión estratégica” para adaptarse al nuevo juego de poderes global que está naciendo y a la necesidad de blindar la soberanía y la autonomía de Europa frente a otras potencias mundiales. La operadora quiere estar preparada para los “cambios drásticos” que vienen en el sector de las telecomunicaciones y de las tecnologías en Europa, con el objetivo de ser protagonista de una previsible ola de fusiones de telecos continentales.