Debido a un crecimiento de más del 50% en las importaciones locales, en febrero, el comercio con Brasil volvió a ser deficitario para la Argentina. La balanza comercial entre ambos países mostró un déficit de US$ 384 millones. Se trató del séptimo mes consecutivo con déficit en la balanza comercial que tenderá a profundizarse en un contexto de: desaceleración de la economía brasileña, las amenazas en el comercio internacional y la apertura de las importaciones que fomenta el Gobierno argentino.
Según detalló la consultora abeceb en su último informe, el flujo comercial bilateral total (es decir, el agregado del comercio que incluye importaciones y exportaciones) entre ambos países fue de US$ 2.493 millones, con una suba del 50,5% anual, la más alta en cinco años.
Con el resultado de febrero, el saldo comercial acumulado en el primer bimestre de 2025 fue un déficit de US$ 711 millones, una caída de US$ 518 millones respecto del acumulado en el primer bimestre del año pasado.
“La ampliación del rojo comercial en febrero se explica principalmente por el salto de las importaciones que totalizaron US$ 1.438 millones en el segundo mes del año, mostrando una suba interanual de 53,3% interanual (US$ 500 millones), que superó la expansión de las exportaciones en US$ 337 millones (totalizaron US$1054 millones)».
Según advierte Abeceb «tanto en el aumento de las importaciones como de las exportaciones fue clave el sector automotriz: el salto importador se explica en un 70% por importaciones extra de vehículos y autopartes mientras que las mayores exportaciones automotrices (que subieron US$ 254 millones) traccionaron un 76% de la suba en las ventas externas”.
En particular, en febrero crecieron las compras desde Brasil de vehículos de carretera mientras que las importaciones de vehículos automotores de pasajeros crecieron un 171,2% y las compras de vehículos para transporte de mercancías se incrementaron crecieron un 95,0% anual. En menor medida, se expandieron los motores de pistón y sus partes y las importaciones de partes y accesorios de vehículos automotores.
Por el lado de las exportaciones argentinas a Brasil, en febrero mostraron una suba del 46,9% anual y mantuvieron nueve meses de subas consecutivas. Entre los productos de mayor participación en el total, la dinámica fue heterogénea: el sector automotriz mostró una dinámica positiva en febrero. En tanto, el agro mostró un desempeño débil.
Esto fue asi, en parte, porque las ventas de trigo y centeno al principal socio del país cayeron un 1,1% anual a US$ 118,6,5 millones, Y también, los subproductos agropecuarios mostraron fuertes baja .
Perspectivas para lo que resta de 2025
La expectativa de Abeceb es que «el 2025 cierre con una ampliación del déficit bilateral de Argentina con Brasil desde un acotado saldo negativo de US$ 308 millones en 2024 a un déficit en el entorno de US$ 4.000 millones este año, impulsado por exportaciones en un alza moderada (en torno a 12% anual), pero importaciones marcando un fuerte rebote (casi un 40%, a US$ 19.000 millones aproximadamente).
Del lado brasileño, dos factores contrapuestos moverán el flujo bilateral: primero, se espera una desaceleración económica en Brasil (que pasaría de crecer 3,5% en 2024 a 2% este año) que llevaría a moderación de compras del exterior, en un contexto de persistencia de preocupaciones sobre el frente fiscal que impactan negativamente en la inversión, y mayores tasas de interés -ante una inflación persistentemente alta que impacta en el consumo.
Por el contrario, el real brasileño que se depreció fuertemente el año pasado se ha apreciado en poco desde entonces (pasó de un pico de 6,2 reales por dólar en enero a quedar por debajo de 5,70 reales por dólar, revirtiendo parte del abaratamiento de los precios de los productos brasileños en el exterior. Aun así, un contexto internacional convulsionado por las amenazas de guerra comercial entre Estados Unidos y varias economías de peso (China, el resto de Norteamérica, Corea del Sur, y la Unión Europea) implican riesgos – un dólar más fuerte necesariamente apunta a monedas emergentes más débiles.
Respecto de la Argentina, el principal driver será la recuperación de la actividad económica después de dos años recesivos en el que el crecimiento se perfila para superar el 5% anual, aumentando la demanda de importaciones junto con la apreciación real del peso y una mayor apertura.