¿Hay algo más argentino que el mate acompañado de una rica torta matera? Esa torta simple, esponjosa y con un toque cítrico que nos transporta a la casa de la abuela o a las tardes de charla con amigos. Si sos de los que disfrutan de lo casero y querés sorprender con un clásico infalible, ¡llegaste al lugar indicado!
Preparar una torta matera es más fácil de lo que imaginás. Con ingredientes básicos y unos pocos pasos, vas a tener una delicia que combina a la perfección con el mate, el café o el té. ¡Tomá nota y ponete el delantal!
Ingredientes
Harina leudante: 2 tazas
Azúcar: 1 taza.
Huevos: 2 unidades grandes.
Leche: ½ taza.
Aceite neutro: ½ taza
Ralladura de 1 limón o naranja: Le da un toque cítrico delicioso.
Esencia de vainilla: 1 cucharadita.
Para el almíbar (opcional): ¼ taza de azúcar y ¼ taza de agua.
Paso a Paso
Precalentando el horno y preparando el molde: Antes de empezar, prendé el horno a 180°C (temperatura media). Enmantecá y enhariná un molde de budín o uno redondo de unos 22 cm de diámetro. Esto asegurará que la torta no se pegue.
Batido inicial: En un bol grande, colocá los huevos junto con el azúcar. Batí enérgicamente (con batidora eléctrica o de mano) hasta obtener una crema clara y espumosa. Es importante que el azúcar se disuelva bien y la mezcla duplique su volumen.
Incorporando líquidos y sabor: Sin dejar de batir, agregá el aceite neutro en forma de hilo y luego la leche. Incorporá también la ralladura de limón o naranja y la esencia de vainilla. Batí solo hasta integrar.
El toque seco: Tamizá la harina leudante (o la harina común con el polvo para hornear) sobre la mezcla líquida. Incorporala suavemente con una espátula o cuchara de madera, haciendo movimientos envolventes, de abajo hacia arriba. Es fundamental no batir demasiado en este punto para que la torta quede esponjosa y no se endurezca. La idea es que no queden grumos de harina.
Al molde y al horno: Verté la preparación en el molde que tenías listo. Llevá al horno precalentado y cociná durante aproximadamente 35 a 45 minutos. El tiempo puede variar según tu horno, así que te recomendamos hacer la prueba del palillo: si lo introducís en el centro de la torta y sale limpio, ¡está lista!
Toque final (opcional): Si querés un extra de humedad y dulzor, podés preparar un almíbar mientras la torta se enfría un poco. En una ollita, mezclá el ¼ taza de azúcar con el ¼ taza de agua y llevalo a fuego medio hasta que hierva y el azúcar se disuelva. Retirá del fuego. Con la torta tibia (no caliente), pinchala suavemente con un palillo o tenedor y bañala con el almíbar.
¡Y listo! Ya tenés tu torta matera casera, suave, perfumada y perfecta para disfrutar en cualquier momento del día. Ideal para compartir en una ronda de mates o para esa merienda especial que tanto te gusta.