Los ultraortodoxos vuelven a poner al primer ministro israelí Binyamín Netanyahu en la cuerda floja. Dos facciones del partido ultra Judaísmo Unido de la Torá (JUT) han anunciadoque abandonarán la coalición y el actual Gobierno. Su decisión llega después de que el gabinete se negara a impulsar un proyecto de ley que eximiera a los estudiantes de las yeshivas, las escuelas religiosas judías, de servir en el Ejército. Además, esta madrugada tres soldados israelíes han muerto en combates en Gaza y otro se ha suicidado en una base militar del norte de Israel, convirtiéndose en el tercer recluta que se suicida en ocho días.
A su vez, el lunes por la noche Netanyahu rechazó, de nuevo, las acusaciones de que él y su Gobierno tienen alguna responsabilidad por los fracasos que permitieron el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en un vídeo compartido en sus redes. Mientras, en la Franja de Gaza, los ataques israelíes no se detienen a medida que las conversaciones por el alto el fuego se mantienen en un punto muerto. El ministerio de Sanidad del enclave paletstino ha lamentado que del domingo al lunes 117 gazatíes hayan sido asesinados por el Ejército israelí y más de 500 hayan resultado heridos.
Servicio militar obligatorio
El JUT es la principal facción ultraortodoxa asquenazí en Israel, que engloba a los judíos originarios de Europa Central y Oriental, particularmente de Alemania, Polonia, Rusia y otras áreas de Europa del Este. A su vez, está formada por dos partidos, el jasídico Agudat Yisrael y el no jasídico Degel HaTorah. Desde su formación en el 2022, el JUT es uno de los socios claves en la coalición más derechista de la historia de Israel, capitaneada por Netanyahu. Ambos partidos se han opuesto al servicio militar obligatorio para sus jóvenes que, en teoría, son estudiantes religiosos a tiempo completo, aunque hay cifras destacadas de absentismo también en las yeshivas.
Archivo – Las fuerzas de seguridad se enfrentan a manifestantes ultraortodoxos durante una protesta contra el reclutamiento del ejército israelí. Foto: Ilia Yefimovich/dpa / EP
Desde hace tiempo, pero especialmente desde la guerra contra Gaza de los últimos 21 meses, este tema ha dividido a la sociedad y a la política israelíes. La población ultraortodoxa es una de las más demográficamente destacadas en Israel, pero, a diferencia de los otros grupos sociales, no ha cargado con la responsabilidad de defender el país con las armas durante los últimos 77 años. Hace un año, la Corte Suprema israelí sentenció que había llegado el momento de que los jóvenes ultraortodoxos realizaran el servicio militar obligatorio, como el resto del país. El Ejército israelí no se ha dado prisa en enlistarlos por lo polémico de la decisión, que ha llevado a protestas masivas y amenazas de los líderes políticos.
Pendientes de Shas
Con solo siete escaños, el JUT no cuenta con el peso suficiente para derrocar al Gobierno por sí solo. La actual coalición de Netanyahu tiene 68 de los 120 escaños de la Knésset, el Parlamento israelí. Ahora, todos los ojos están puestos en Shas. Este otro partido ultraortodoxo representa a la rama de los sefardíes, los judíos descendientes de quienes vivieron en la península ibérica hasta su expulsión a finales del siglo XV. Incluso si Shas también abandona el Gobierno, según se informa, los dos partidos jaredíes no están interesados en derrocar la coalición en este momento. El próximo receso de tres meses de la Knéset, que comienza el 27 de julio, le daría tiempo a Netanyahu para intentar llegar a un acuerdo mientras gobierna con un gobierno minoritario.
Sin embargo, la presión no deja de aumentar sobre el primer ministro. Tres soldados han muerto este lunes y un oficial ha resultado herido de gravedad cuando el tanque en el que viajaban fue alcanzado por una explosión en el norte de Gaza. Sus muertes elevan el número de bajas de reclutas israelíes a 454. En ellos, no se incluyen aquellos soldados que se han quitado su propia vida. Desde el inicio de la guerra, los números de reclutas que se han suicidado en activo ha aumentado respecto a los años anteriores. Casi una cincuentena lo han hecho, tres de los cuales sólo en los últimos ocho días.
Investigación de ‘The New York Times’
Además, Netanyahu lleva todo el fin de semana enfrascado en negar la investigación del diario ‘The New York Times’ que le acusa de extender deliberadamente la guerra en Gaza para servir a sus propios objetivos políticos de rehabilitar su imagen interna y mantenerse en el poder. Algunas de las acciones presentadas son el abandono por parte de Netanyahu de un acuerdo de tregua en Gaza que habría garantizado la liberación de 30 rehenes, por la amenaza del ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, de derrocar al Gobierno. También presuntamente frustró un esfuerzo de la Casa Blanca para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, si ponía fin a la guerra en Gaza, ante la oposición del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.
En la Franja de Gaza, la brutalidad del Ejército israelí continúa día sí y día también. Al menos 78 palestinos han perdido la vida por los ataques, incluidos varios solicitantes de ayuda. Un ataque israelí cerca de un punto de distribución de ayuda en Rafah, en el sur del enclave palestino, ha matado a al menos cinco personas que buscaban asistencia este lunes. La crisis de hambre no deja de agravarse en la Franja ya que Israel restringe severamente la entrada de alimentos, combustible, agua y suministros médicos. Al menos 58.386 palestinos han perdido la vida desde el 7 de octubre de 2023 y 139.077 han resultado heridos.
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