La ola de incendios ya ha causado unas pérdidas de al menos 600 millones de euros en agricultura

La organización agraria COAG estima en al menos 600 millones de euros las pérdidas directas causadas por los incendios que asolan el noroeste de España, tanto en agricultura y ganadería como en apicultura, un sector que ha resultado especialmente dañado por el fuego. Y eso cuando los fuegos siguen todavía avanzando por Galicia, Castilla y León y Extremadura, lo que hace que la cifra sea de momento «muy provisional», según el sindicato. A ese primer importe habrá que añadir, más adelante, los miles de cabezas de ganado de la zona que se han quedado sin pastos, «con lo que sus propietarios tendrán que comprar forrajes como mínimo durante un año«, ha advertido Javier Fatás, responsable de Medio Ambiente en COAG.

«Todavía es pronto para saber cuántos animales han muerto por los incendios, porque mientras no se pueda entrar en el monte es imposible extraer datos, pero lo que sí sabemos ya es que el fuego ha calcinado al menos unas 10.000 colmenas, que difícilmente van a poder recuperarse en unos años», ha indicado Fatás en conversación con este diario. Y es que, al haber desaparecido la vegetación como consecuencia del paso de las llamas, «también se ha perdido el alimento de las abejas, como mínimo hasta que la zona vuelva a florecer», ha señalado el responsable de COAG. «Vista la experiencia de otros incendios, se podría hacer una primera estimación, aún muy prematura, de unos 600 millones de euros, aunque seguro que serán más», calcula.

Ovejas supervivientes del fuego en A Caridade, en Ourense, en una imagen tomada el 15 de agosto. / Rosa Veiga – Europa Press

Algo parecido va a ocurrir con el ganado bovino y ovino que hasta ahora se criaba en los terrenos hoy quemados. «Han desaparecido miles de hectáreas de pastos y eso significa que las reses van a necesitar, en los próximos meses, complementos alimentarios, como piensos, alfalfas y forrajes, hasta que se regenere el terreno». Eso va a tener un coste económico difícil de calcular en estos momentos. En las comarcas situadas en la franja norte de los incendios, es decir en Galicia y en León, los más perjudicados van a ser vacas y bueyes, mientras que en Zamora, Salamanca y Cáceres, la mayor afectación será en ovejas, corderos y cabras.

Menos pérdidas van a sufrir los productores de cereal de estas provincias, «ya que, justamente como consecuencia de los efectos del cambio climático, las cosechas de trigo y cebada se están adelantando cada vez más, con lo que los incendios han llegado cuando la mayoría de los campos allí estaban ya recogidos», indica el agricultor, que es también del sector cerealista.

Otro problema de la España vaciada

«El problema es que en ganadería extensiva no se suelen contratar pólizas del seguro agrario, a diferencia de lo que pasa, por ejemplo, con los productores de cereales o de frutales… Eso implica que, si no se activan ayudas de las administraciones, los ganaderos afectados difícilmente recibirán compensaciones económicas por estas pérdidas», lamenta Fatás. Irremediablemente, «eso abocará al cese de muchas explotaciones, entre otras razones, porque la edad de sus titulares es ya avanzada y seguro que muchos, después de lo que ha sucedido, optarán por vender el ganado que se haya salvado», vaticina.

Y eso, agrega Fatás, es más grave si cabe en unos territorios como los que está calcinando el fuego, muchos de ellos situados en plena España vaciada. «Estos incendios van a contribuir aún más al abandono del mundo rural, porque después de ellos será aún más difícil ganarse la vida allí», subraya.

El remedio, señala por su parte la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos (UdU), debe pasar por la prevención, por la limpieza de bosques y montes y por un nuevo modelo forestal «acorde con las distintas realidades». Solo así, insiste la organización agraria, los territorios más expuestos al abandono rural, podrán «preparar el terreno ante las olas de calor y los incendios que se suceden en verano», indica UdU en un comunicado.

«Antes, a las primeras chispas, había gente que daba la voz de alarma en los pueblos, ahora esto no sucede», ha lamentado la organización, que ha mostrado su solidaridad hacia los fallecidos y agricultores y ganaderos que están «arriesgando a la vida por salvar a sus pueblos» y a los profesionales que trabajan en la extinción de los incendios. Los datos de las superficies quemadas desde hace «un par de décadas» ponen de manifiesto, afirma el sindicato en esa misma nota, el estado de «abandono» en el que se encuentran los montes y todo el medio rural, con una despoblación que «no para de crecer por falta de servicios«.

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