Todos conocemos la incómoda sensación de dormir con calor. Las sábanas parecen pegarse a nuestro cuerpo, no dejamos de sudar y no somos capaces de pegar ojo. Sin duda, esa es una de las cosas más engorrosas del verano.
Para evitar el sofoco nocturno podemos abrir la ventana, usar ropa de cama más fina o prescindir del pijama, pero cuando el calor aprieta es probable que sea aún más molesto durante el día, cuando el sol pega de lleno. Ahí, el aire acondicionado o el ventilador se convierte en el mejor aliado.
Sin embargo, también hay opciones para refrescar la casa sin encender estos aparatos eléctricos: instalar unos buenos estores opacos. En Ikea han bajado el precio de un modelo muy sencillo de colocar en las ventanas y que te permitirá mantener el fresco por menos de 40 euros.