Comer es uno de los grandes placeres de la vida en cualquier rincón de España. A veces porque estamos de viaje y necesitamos parar en el camino, otras simplemente porque no queremos complicarnos demasiado y buscamos un sitio de confianza. Para estas situaciones existen recursos como la Guía Repsol, que se dedica a recorrer el país para seleccionar y recomendar lugares en los que la comida, el precio y la experiencia global merecen realmente la pena.
Un caso que ha llamado especialmente la atención es el de Los Cazadores: un bar-restaurante situado en el municipio cordobés de La Carlota, que ha conseguido ganarse un Solete Repsol gracias a su cocina casera, su gestión familiar y a esa mezcla entre tradición y cercanía que tanto valoran los comensales.
Uno de los grandes reclamos del local es su menú del día, completamente casero, que por 10 euros incluye primer plato, segundo, pan, aceitunas y postre.
La bebida se paga aparte, pero el conjunto sigue resultando una opción difícil de superar, tanto para los que paran de paso en carretera como para quienes se desplazan expresamente hasta La Carlota.
Raciones enormes y menú de 10€
En las reseñas de sus clientes se repite una idea constante: las raciones son enormes. Hay quienes aseguran que con un flamenquín pueden comer dos personas sin problema.
Entre las especialidades más recomendadas se encuentran el bacalao a la abuela, el flamenquín con salsa carbonara y el puding de piñones. Todo dentro de una cocina sencilla, con platos tradicionales andaluces y un toque de hogar que engancha y que hace que la experiencia sea algo más que comer bien a buen precio.
Las opiniones que circulan en internet destacan también la relación calidad-precio como uno de los puntos fuertes, así como la rapidez del servicio y la amabilidad del personal, que muchos describen como parte fundamental de la experiencia.
El ambiente, además, se adapta a todo tipo de clientes, ya que se trata de un establecimiento accesible y familiar, con terraza amplia, opciones para llevar, espacio para niños e incluso la posibilidad de acudir con mascotas.
El reconocimiento de la Guía Repsol no llega por casualidad. En este caso el Solete premia esa capacidad de un negocio para convertirse en referencia sin necesidad de artificios: comida honesta, precios ajustados y un trato que hace que quieras volver.